Niños con discapacidad visual celebraron la Independencia

El desfile se llevó a cabo en los alrededores de la Escuela de Ciegos.

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Con algarabía y espíritu de independencia, niños con discapacidad visual, de entre 3 y 14 años de edad, alumnos del centro escolar para ciegos Eugenia de Dueñas, desfilaron en las calles aledañas a la institución, ubicada en la colonia Costa Rica de San Salvador, para celebrar los 195 años de independencia. 

/ Foto Por elsalv

Por Nancy Hernández

2016-09-14 3:49:00

SAN SALVADOR. Con algarabía y espíritu de independencia, niños con discapacidad visual, de entre 3 y 14 años de edad, alumnos del centro escolar para ciegos Eugenia de Dueñas, desfilaron en las calles aledañas a la institución, ubicada en la colonia Costa Rica de San Salvador, para celebrar los 195 años de independencia. 

El recorrido fue encabezado por niños vestidos con trajes típicos y abanderados. 

Redoblantes, bombos, platillos, panderetas y otros instrumentos utilizados por los niños, acompañaron el desfile. La banda de paz de la institución está formada por 16 infantes con discapacidad visual. 

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“Me siento muy contenta de participar y celebrar nuestros 195 de liberación del yugo español”, comentó Génesis Avilés, estudiante de 10 años de edad, que cursa tercer grado. 

La celebración de la independentista dio inicio a las ocho de la mañana, con un acto cívico cultural que fue ejecutado por los menores. La temática fue la historia y símbolos patrios de El Salvador. 

“Queremos que los niños hagan actividades normales para que no les cueste integrarse en los escuelas regulares”, manifestó Alicia Orantes, directora del centro. 

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Padres de familia, profesores,  y miembros de la Policía Nacional Civil (PNC), acompañaron a los menores de edad durante el recorrido.

“Me siento feliz de ver como mi niño se desarrolla. A él le emociona participar y formar parte de estos eventos”, comentó Elizabeth Gómez, madre de estudiante.

Medidas de seguridad

Los menores fueron ordenados en filas de cinco.  Frente a ellos, a la altura de la cintura, les fue colocado un cinturón para evitar caídas o adelantos. 

    En cada extremo de la formación, un adulto sostenía el lazo y cuidaba que los infantes no se salieran del bloque. Un silbato les indicaban cuando debían de parar o seguir con el recorrido.

Maestros tomaron de las manos a los niños más pequeños. Miembros de la PNC brindaban seguridad y cerraban las calles. 

“Nuestro deber es dar seguridad a los pequeños para que ellos disfruten de la actividad”, dijo la directora.