Caldera debajo del lago de Ilopango podría hacer erupción

Estudios confirmaron la acumulación de magma a gran profundidad, debajo de la caldera de Ilopango.

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Por elsalvador.com

2016-07-24 8:00:00

La acumulación de magma, seis kilómetros por debajo de la caldera de Ilopango, supone el riesgo erupción. Así lo han afirmado investigadores de la Universidad de Bristol.

En las profundidades del lago de Ilopango hay una “caldera”, una depresión volcánica formada por el colapso de una cámara de magma.

En Guatemala y El Salvador, las cadenas de volcanes están en zonas donde ocurren fallas tectónicas, específicamente en el arco volcánico  conocido como CAVA. Este tieene 1,500 kilómetros de longitud y se extiende desde Guatemala hasta Panamá.

Los vulcanólogos de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de El Salvador estudiaron la distribución de la densidad por debajo de la caldera de Ilopango y concluyeron que hay acumulación magma a gran profundidad.

El último registro de erupción ocurrió hace unos 1,500 años y produjo tanta ceniza volcánica que formó una capa de 15 centímetros de espesor en todo el Reino Unido. Esta erupción destruyó prácticamente todo dentro de un radio de 100 kilómetros.

Las erupciones más recientes ocurrieron en 1879-1880 y tuvieron una escala mucho más pequeña que la anterior.

El líder del proyecto y co-autor de la investigación doctor Joachim Gottsmann dijo: “La mayoría de los terremotos se producen en los bordes de las placas tectónicas, donde también se encuentran muchos volcanes. Por lo tanto, existe una relación entre la ruptura de rocas que provoca fallas y terremotos”.

Los estudios existentes muestran que la acumulación de magma antes de una gran erupción, puede ser controlada por las estructuras de fallas.

El autor principal, Jennifer Saxby, cuya investigación para una Maestría en Vulcanología contribuyó al estudio, dijo: “Responder a esta cuestión es importante, no sólo para la comprensión de los controles sobre el desarrollo de los sistemas magmáticos, sino también para la previsión de las ubicaciones probables de la futura actividad eruptiva”.

Fuente: Universidad de Bristol.