Harvard, Yale, Stanford, Brown, Columbia y Princeton son solo algunas de las 11 universidades prestigiosas que aceptaron al joven salvadoreño originario de Sonsonate, César Arévalo.
Este adolescente de 18 años de edad pasa sus días desarrollando problemas de matemáticas, ingeniera eléctrica y escribiendo para el periódico escolar que él ayudó a fundar (The Vanguard News) en Baldwin Park High School, California, Estados Unidos.
El verano pasado, César asistió a un programa educativo en la Universidad de Stanford para estudiantes sobresalientes de bachillerato, y fue ahí que se enamoró de las matemáticas y la física como carrera.
“Aunque me gusta escribir y el periódico escolar ha sido fundamental para ayudar a expresarme y a darle voz a la comunidad, me gusta mucho la ingeniería eléctrica, porque puedo aplicar la teoría y realmente hacer transformaciones y modificar los diseños. Es la parte aplicada de la física y matemática que tanto me gusta”, explicó César, quien reside en Baldwin Park, un suburbio de Los Ángeles.
César, el menor de tres hermanos, proviene de un hogar en el que la educación es la base de todo lo que hacen. Los padres eran maestros de escuela en El Salvador y cuando se mudaron a Los Angeles en el 2003, tuvieron que trabajar en fábricas y estudiar por las noches para revalidar sus títulos y sacar sus credenciales de maestros.
Familia Arévalo. De izquierda a derecha, Sofia R Arévalo (madre), Javier, Sofia, César J. (padre) y César.
“Mis padres nos enseñaron a mis hermanos y a mí lo importante que es la educación”, dijo César.
Su hermano Javier, de 26 años, estudió en la Universidad de California en Berkeley (UC Berkeley), y ahora trabaja para la radio en internet Pandora. Su hermana Sofía, de 21 años, es una de las dos mujeres (la única salvadoreña) que se graduaron de ingeniería este año en la UC Berkeley y ha sido aceptada para un programa de doctorado de bioquímica en esa misma casa de estudios.
En las próximas dos semanas, César tiene programado visitar cinco universidades entre las cuales están Harvard, Yale y Stanford.
Él tiene hasta el 1 de mayo para tomar una decisión.
“Mi papá habla de regresar a El Salvador cuando se jubile. Yo creo que también me gustaría regresar en algún momento para ayudar al país”, dijo el joven.