Asesinan a 11 hombres en San Juan Opico

Ocho víctimas laboraban en una empresa de energía y llegaron al cantón a colocar postes. El resto eran testigos del hecho y por eso los mataron

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Ocho técnicos de una compañía distribuidora eléctrica fueron asesinados en cantón Agua Escondida en San Juan Opico, al norte de La Libertad, confirman autoridades

/ Foto Por elsalv

Por Diana Escalante David Marroquín

2016-03-03 8:20:00

Samuel Durán, un hombre entrado en años, terminó de hacer sus tareas agrícolas ayer al mediodía, y se  disponía a almorzar cuando recibió una llamada telefónica en la que le dijeron que su hijo y dos sobrinos habían sido asesinados en San Juan Opico, La Libertad.

Al señor se le erizó la piel cuando supo que en el mismo hecho habían matado a otros ocho hombres,cinco de ellos eran compañeros de trabajo de sus parientes.

Las otras tres víctimas, según las autoridades, eran lugareños que estaban haciendo labores agrícolas,  y desafortunadamente fueron testigos de la masacre. Los homicidas también los mataron para que no los delataran.

Pasadas las 3:00 p.m., Durán llegó desde Cuisnahuat, en Sonsonate, hasta el caserío Las Flores, del cantón Agua Escondida, en San Juan Opico.

El hombre se acercó ansioso hasta donde un policía y un soldado  que custodiaban la escena de la masacre para comprobar si su hijo Marvin Iván Durán Santos, de 27 años, estaba entre los muertos.

Al agricultor lo acompañaban sus hermanos, quienes llegaron en busca de Érick Moisés Durán, de 24, y Gerson Moisés Carías, de 28; quienes también fueron asesinados. 

Entre las víctimas están: Jorge Alberto Colorado, de 47 años; José Carlos Espinoza Beltrán, de 24; Francisco Javier Abrego, de 34; Jonathan Gabriel Castellanos, de 25; José Alonso Martínez Navarro, Miguel Ángel Hernández Hernández, de 58; y José Alonso Menjívar Hernández.

Ocho de las víctimas eran empleados de una compañía de electricidad y desde el 25 de febrero pasado empezaron a ejecutar un proyecto para mejorar el suministro de energía eléctrica en la zona con la colocación de postes del tendido eléctrico.

Dos de ellos habrían comenzado a laborar para la empresa esta semana.

Tres de los asesinados eran  primos, originarios de Cuisnahuat, lugar del que salieron ayer a las 5:00 a.m. para ir a trabajar.  

A la escena también llegó la familia de Hernández Hernández, quien vivía en la zona y había llevado a pastar su ganado. Los delincuentes lo habrían matado  para que no los delatara.

Otra de la víctima que se supone residía en el sector también realizaba tareas agrícolas.  Hasta las 8:00 p.m. las autoridades continuaban procesando la escena de la masacre.

Delincuentes raptaron a técnicos uno por uno

El encargado de la cuadrilla de trabajadores relató que ayer,  él estaba realizando unos trabajos en occidente cuando el supervisor de la empresa que los subcontrata le llamó, como a las 9:30 a.m., y le dijo que andaba en el cantón Agua Escondida pero los trabajadores no estaban.

Lo único que vio en la zona fue el carro  de la empresa cargado con herramientas de trabajo y los cascos de los obreros regados entre veredas.

Sospechando que algo malo les había pasado, el jefe de las víctimas se desplazó de inmediato hasta San Juan Opico  y en el trayecto, les iba llamando por teléfono a los empleados pero no obtuvo respuesta.

Cuando llegó al lugar se encontró con decenas de policías y militares que, por aire y tierra, habían sitiado la zona.

Las autoridades hallaron primero siete cadáveres. Todos estaban juntos, boca abajo y con las manos atadas. 

Los “ejecutaron” con escopeta, revólver y pistola nueve milímetros; también usaron machetes, dijeron fuentes policiales.

Más tarde, a unos 150 metros encontraron el cadáver de otro empleado. Una hora después,  a 200 metros, fue descubierta la escena donde fueron asesinados los tres habitantes del poblado.

El subdirector de la Policía, Baldemar Flores Murillo, llegó al cantón y atribuyó el ataque a una pandilla. 

En las últimas semanas, el cantón Agua Escondida y sus alrededores ha sido escenarios de varios hechos violentos atribuidos a la mara Salvatrucha (ver página siguiente).

Ninguna de las víctimas de la masacre de ayer estaba ligada a estructuras delincuenciales. 

Según Flores, los técnicos trabajaban a una distancia de cien metros entre ellos y eso facilitó que los atacantes fueran llevándoselos uno por uno,  hasta la vereda donde los mataron.

El delegado policial aseguró que los dueños de la empresa para la que trabajaban las víctimas declararon que no estaban siendo extorsionadas en la zona, ni habían tenido problemas con pandilleros.

“Hemos hecho varias capturas y localizado un vehículo que probablemente usaron (los homicidas)para movilizarse…Esto fue una acción deliberada por la forma en que cometieron el hecho. Tenemos información que nos puede orientar (sobre) cuál fue el móvil (de la masacre)”, sostuvo Flores Murillo.

Fuentes policiales no descartaron de que alguno de los  trabajadores tuviera relación con pandillas y por ellos,  mataron a los demás.
También consideran como posible móvil el hecho de que algunas de las víctimasresidían en un lugar donde hay presencia  de maras rivales a los que cometieron la masacre. 

Los familiares de los primos Durán aseguraron que, a falta de fuentes de empleo en Cuisnahuat, los jóvenes no rechazaban ninguna oferta de trabajo, aunque eso implicara viajar grandes distancias.

“Si ellos nos hubieran dicho  que corrían peligro no hubiéramos permitido que siguieran viniendo a trabajar”, dijo el padre de Marvin, quien tenía unos 10 años de trabajar para la empresa y les consiguió empleo a sus primos.

Fiscal pide “medidas excepcionales”

El fiscal general, Douglas Meléndez, llegó a la escena de la masacre y sugirió que deben implementarse “medidas excepcionales” para reducir los altos índices de violencia.

“Se debe de analizar si el Ejército da otro tipo de apoyo dentro del marco de la ley y otras medidas legales que sean necesarias”, expresó. 

El funcionario agregó que “ha llegado el momento de que el Estado dé respuesta a la población…debe demostrar el imperio de la ley”.