Occidente, variedad en turismo religioso

La municipalidad de Sonsonate estima que el Viernes Santo será el día que más turistas nacionales y extranjeros visiten la localidad. 

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Devoción y gastronomía en Juayua

/ Foto Por Foto EDH Cristian Diaz

Por Nidia Hernández

2016-03-22 8:14:00

Sonsonate y Ahuachapán son dos de los departamentos que muchos consideran “la cuna de la tradición religiosa”. Además tienen  municipios llenos de riqueza turística, de fervor católico, de playa y montaña, por eso es uno de los más visitados en Semana Santa.

El fervor religioso se conjuga con la belleza de sus lugares, como la  Ruta de las Flores, la cual incluye los municipios de Nahuizalco, Salcoatitán, Juayúa, Concepción de Ataco y Apaneca, estos dos últimos del departamento de Ahuachapán. La Ruta es muy visitada por turistas extranjeros y nacionales.

Monseñor Constantino Barrera Morales,  obispo de la Diócesis de Sonsonate, asegura que occidente es conocido por su devoción gracias a la promoción que hacen las diferentes hermandades y la Iglesia Católica.

“Es bien bonito reconocer que Sonsonate se ha vuelto un icono de religiosidad en Semana Santa y es que cada año surgen iniciativas que van dando importancia a la Iglesia Católica y sus tradiciones”, explica el obispo.

Añade que el municipio de Sonsonate cuenta con cuatro hermandades: la del Vía Crucis, Santo Entierro, Nazareno, la de la Virgen María  y la de los jóvenes. Cada una la forman unas  2 mil 500 personas.

Sonsonate se destaca por la  elaboración de alfombras y procesiones, las que se realizarán todos los días a partir de 6:00 p.m. a 12:00 de la medianoche, con excepción del Viernes Santo, en que el Santo Entierro recorrerá las principales calles de la ciudad  desde las  6:00 p.m. hasta las 7:00 a.m. del Sábado de Gloria.

Atracciones turísticas
Los cinco municipios que forman la Ruta de las Flores ofrecen características y costumbres diferentes, pero con el único objetivo de brindar al visitante una acogedora estadía.

En el recorrido, los turistas pueden disfrutar de hostales, artesanías, miradores, hoteles, restaurantes, plazas y paisajes naturales.

Además deleitarse con comida típica, como yuca, pupusas, atoles y un sinfín de platillos, que pueden encontrar en la diversidad de festivales gastronómicos que realizan para la  época, como el de Juayúa, que inició esta idea gracias a la cual, la zona es un atractivo para visitantes y sostén de muchas familias.