La delincuencia limita las acciones comunitarias

La falta de interés de la población y la amenaza de pandillas complica la labor de los promotores de salud. 

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Las pandillas de ciertas zonas no dejan ingresar al personal de salud a las colonias.

/ Foto Por Archivo

Por Xenia González Oliva

2016-02-02 3:00:00

En el continuo combate al Aedes aegypti hay un tema que se ha mantenido constante: la labor comunitaria y lograr que los vecinos se involucren en la destrucción de criaderos de zancudo dentro de sus colonias.

Esto depende en mayor parte del trabajo de los promotores de salud que llegan a las comunidades y entablan una relación directa con los habitantes.

Un promotor de la región del Sistema Básico de Salud Integral (Sibasi) de Oriente, que incluye a Soyapango, Ilopango, San Martín y San Bartolomé Perulapía, puede explicar con facilidad las acciones más importantes que debe realizar al visitar una colonia.

“En las casas hay muchas cosas donde acumulan agua, desde pilas a envases y latas, es donde más se encuentran los criaderos de zancudo”, comentó.

Es parte de su labor también intentar convencer a las familias renuentes a dejarlos entrar, ya sea para fumigar o buscar criaderos y, después, explicarles qué es lo que deben hacer por ellos mismos para que ya no tengan criaderos.

Pero lo que no esperaba que fuera parte de su trabajo era ser custodiado por pandilleros al llegar a ciertas colonias y tener que entregar las motobombas para que ellos mismos fumiguen, mientras el personal de salud los espera en el límite de su territorio, sin poder ingresar.

El personal que utiliza los equipos para fumigar debe estar capacitado.

“Hay gente que cree que entre más humo le mete más beneficio, pero pone en riesgo la salud de la gente de la casa”, explicó otro trabajador de saneamiento ambiental de la misma región.

Aunque el tener que entregar su equipo para que los pandilleros fumiguen la colonia es preferible a no poder acercarse por completo a la comunidad.

El trabajador expuso que hay colonias en las que no conocen el índice larvario ya que no pueden entrar.

Para él, eso es preocupante, ya que hay otras comunidades de la misma zona que, pese a sus acciones, presentan índices larvarios de hasta 50 %, es decir 50 de cada 100 casas tienen criaderos.

“Con ese nivel una enfermedad rápidamente se nos puede proliferar si no se puede combatir al zancudo”, señaló.

Para los trabajadores también es duro el observar que, pese a sus esfuerzos, una importante cantidad de la población no tiene interés por actuar contra el zancudo. “Hay gente que usted le pregunta qué conoce sobre el dengue o el zancudo y lo saben, pero no lo hacen o ven el enfermarse como algo normal que no se puede prevenir”, manifestó el promotor.