Cubanos en Costa Rica: con la esperanza de no volver a Cuba

El Diario de Hoy ha viajado a Costa Rica para presentarle de primera mano el trágico drama que están viviendo miles de personas que decidieron huir del “paraíso” cubano  

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El Diario de Hoy ha viajado a Costa Rica para presentarle de primera mano el trágico drama que están viviendo miles de personas que decidieron huir del “paraíso” cubano 

/ Foto Por elsalvador.com

Por Jorge Beltrán /Oscar Iraheta

2016-01-09 11:00:00

Son entre cuatro mil y cinco mil cubanos los que están varados en Costa Rica, cada uno con una historia de vida diferente pero a la vez muy similar.

En los últimos dos meses: todos están en las fronteras costarricenses a donde han llegado huyendo del “paraíso” creado en la isla caribeña por Fidel Castro en los últimos 60 años, en donde ganan el equivalente de entre $8 y $25 mensuales como salario. 

Pero ese drama ha comenzado a dar señales de cambio, de avances, y los cubanos están tan esperanzados como ansiosos por lo que les depara el avance en su travesía. 

Desde el viernes hay una amalgama de sentimientos entre los casi dos mil cubanos que se encuentran varados en la frontera Peñas Blancas y en un pueblo fronterizo llamado La Cruz, en el departamento de Guanacaste, porque ya es un hecho que el martes, casi a la medianoche, un grupo de 180 partirán en un avión hasta el aeropuerto de El Salvador, para luego continuar el viaje por  tierra, que durará por lo menos 15 horas, hasta llegar a la ciudad mexicana de Tapachula, en el estado de Chiapas.

Entre la masa de cubanos que caminan libremente por las céntricas calles de La Cruz y de los recintos de la frontera Peñas Blancas, hay júbilo e incertidumbre tanto entre los que se van como en los que se quedan.

Esos 180 están contentos porque por fin salen del entrampamiento migratorio en el que ha estado por casi dos meses, desde que a mediados de noviembre del 2015, las autoridades nicaragüenses les cerraron las fronteras, negándoles a fuerza de gas pimienta y bala viva, el paso por ese país con un gobierno afín a los hermanos Castro, gobernantes de la isla cubana.

Los que se quedan comparten la felicidad de los que se van, pero tal vez entre estos sea mayor la ansiedad de saber cuándo sale el próximo grupo o en qué viaje se irán ellos. 

“A mi me preocupa lo que nos pueda pasar en México. Muchos aquí están contentos porque se van, pero no se dan cuenta de que el gobierno mexicano no ha dicho nada de si nos va a garantizar la seguridad como lo van a hacer El Salvador y Guatemala”, dijo Fermín,un hombre que dijo ser originario de Matanzas.

En la frontera norte de Costa Rica, las autoridades tienen registrados a mil 756 cubanos. Están en 11 albergues instalados en La Cruz, dos más en Liberia y un grupo de 179 que están, unos alojados en hoteles,  y otros que duermen en cualquier lugar dentro del recinto de la frontera Peñas Blancas.

El viaje no es gratis   

Cada uno de los 180 cubanos que saldrá en avión hacia El Salvador deberá pagar entre 545 y 555 dólares. 

De acuerdo con lo manifestado por los inmigrantes, quienes salgan del aeropuerto de Liberia pagarán 545 dólares y los que lo hagan del aeropuerto de San José, deberán cancelar 10 dólares más.

Entre esa suma están incluidos 60 dólares que las autoridades migratorias les están cobrando por otorgarles la visa y 10 dólares más por ese mismo concepto que les cobrarán las mismas autoridades guatemaltecas, según dijeron cubanos entrevistados.

Ese pago tiene preocupados a muchos cubanos que no tienen dinero ni parientes en Estados Unidos que les envíen esa suma.

A falta de eso, muchos han optado por mendigar entre los miles de turistas o viajeros o ayudando a llevar maletas de estos a cambio de algún pago voluntario. Esto es lo que hacen los cubanos que han decidido quedarse en Peñas Blancas.

Mientras que algunos que están en los albergues de La Cruz, hacen cualquier oficio para lograr reunir el costo de su salida de Costa Rica. 
A unos cubanos se los ve en los supermercados ayudando a embolsar mercaderías de los clientes, otros ayudan a limpiar casas, a podar la grama, botar ripio… En fin, cualquier trabajo honesto con el que puedan ganar algún dinero.

Otros, la mayoría tal vez, no se preocupan por ese pago, porque algún familiar cercano en Estados Unidos, se los ha enviado.
Sin embargo, los 545 o 555 dólares para muchos es un escollo insalvable aparentemente, y por eso, algunos que fueron seleccionados para salir en el primer grupo de 180, no pudieron hacerlo. 

“Aquí hay un problema porque habemos muchos que tenemos la documentación completa para salir pero no pudimos conseguir ese dinero; hay otros que tienen el dinero pero no tienen los documentos completos”, dijo un hombre que, según él, se ha quedado sin dinero tras permanecer siete semanas varado.

Pese  a todo, entre los cubanos hay mucha esperanza de que su rezago en Costa Rica llegue a su fin, no porque la estén pasando del todo mal, si no porque cuanto más rápido  lleguen a Estados Unidos, más esperanza habrá para los hijos, hermanos, esposas o esposos que dejaron en Cuba.

El primer grupo, el cual ha sido calificado como una prueba piloto, está programado para salir a las 10:30 de la noche del martes hacia El Salvador, a donde esperan arribar poco después de la medianoche.

Esperanza del que viaja y del que se quedó   

Cuba no es el paraíso que muchos pintan con los colores de la educación y salud de buena calidad y gratuita. Más allá de todo eso, los migrantes con quienes El Diario de Hoy conversó hablan de tragedias humanas. Nada de paraíso.

¿Por qué te fuiste de Cuba? “Bueno chico, es que la vida allá con ese régimen ya no se aguanta. Con lo que ganas en un mes no te alcanza para comer, menos para comprar zapatos”, esa fue la respuesta que dio un profesor de música, un joven de 23 años, que viaja junto a su esposa, de 27, sicóloga de profesión.

Un ejemplo frecuentemente usado por los refugiados cubanos en Costa Rica es que con el salario más alto que un profesional calificado gana en un mes, no puede comprarse un par de zapatos.

“Un médico cirujano gana un equivalente a 25 dólares al mes y un par de zapatos  cuesta 30 dólares. Si compras zapatos no tienes que comer un mes, chico, por eso nos vamos”,  explicó uno de los inmigrantes.

 ¿Y el paraíso del que muchos hablan? ¿Ustedes se van de ese paraíso? preguntó El Diario de Hoy. Con un tono que rayaba en la indignación, los migrantes respondieron que sí, que Cuba es un paraíso, pero para los turistas. “Para el turista sí es un paraíso, porque en mi Cuba están las playas más bonitas, pero para la mayoría de población es un infierno”, explicó un paramédico que, según dijo, en los 32 años que vivió en la isla, ganando un sueldo equivalente a 20 dólares mensuales, nunca pudo darse el lujo de ir a dormir a un hotel ni vacacionar en esas playas hermosas de las que habló maravillas.

“Lo que pasa es que el turista solo llega a los lugares bonitos, no va, porque no se lo permiten, a los lugares donde hay mucha gente que solo puede comer una vez al día porque el sueldo equivalente a ocho o 12 dólares al mes no alcanza”, agregó Niurka R., una mujer que viaja junto a su marido.

Todos los cubanos viajan con la esperanza de llegar a Estados Unidos para reunirse con sus padres, esposos o hijos, pero también para poder trabajar duro y así mandar dinero a sus parientes que han dejado en la isla o, apelando a la reunificación familiar, llevárselos para Estados Unidos.

Tanto en Peñas Blancas como en La Cruz, es fácil encontrar cubanos hablando con sus hijos que han dejado en su tierra natal. El viernes en la mañana, un hombre joven lloraba mientras hablaba, supuestamente, con uno de sus hijos a quien le suplicaba que comiera porque si no, se enfermaría. En el tono de voz, el hombre no denotaba el sufrimiento, pero los ojos delataban desde lejos, que sufría por la lejanía, por el abandono…

Dejan una vida sin sentido en la isla    
Tanto en Peñas Blancas como en la Cruz hay mil 756 historias de seres humanos que llevan dos o más meses  de haber salido de Cuba hacia Ecuador o hacia la Guyana Inglesa, países a los cuales pueden llegar sin necesidad de solicitar visa.

De Cuba salen por vía aérea o por lanchas. Cualquiera que sea la forma, el viaje les cuesta entre 700 y 850 dólares por persona. De acuerdo con registros periodísticos y testimonios de inmigrantes varados en Costa Rica, esa ruta no es reciente. Desde hace varios años, es la ruta de escape de miles de cubanos. ¿Y el régimen no les dice nada cuando salen hacia Ecuador o Guyana Inglesa? No, no dice nada a sabiendas de que son ciudadanos que salen con el propósito de ya no regresar a la Isla. Se van a trabajar a Estados Unidos.

“Claro, el gobierno sabe que todos esos cubanos que salimos para Ecuador ya no volveremos”, afirmó un joven migrante.
Y es que el régimen cubano parece ser enemigo del capitalismo pero no de los dólares que los cubanos mandan a la isla.

Esa es la percepción de los inmigrantes. Por supuesto, quienes se quedan en Cuba y reciben remesas tienen una vida mejor  que aquellos que sobreviven con el equivalente a ocho,10, 20 o 25 dólares.

De acuerdo con los testimonios recogidos por El Diario de Hoy, si bien en Cuba la educación y la salud son muy buenas y gratuitas, de poco sirve a los cubanos, porque de qué les vale vivir mal 80 años; de qué sirve prepararse profesionalmente para ser un buen médico si con lo que ellos ganan al mes, no pueden llevar a su familia de vacaciones ni siquiera en la misma isla y menos aspirar a comprarse un automóvil. Eso afirman los inmigrantes varados en Costa Rica.

El viernes, cuando El Diario de Hoy preguntó a uno de los refugiados, si no temía que al pasar por México, las bandas delincuenciales les hicieran daño, el cubano respondió: ¿Qué puede asustarme si llevo 35 años viviendo una tragedia en Cuba, donde si desayuno, no almuerzo ni ceno; o si ceno, no tengo para desayunar al siguiente día?

Una mujer resumió así su determinación de llegar a Estados Unidos: “Antes me pego un tiro en la frente pero pa Cuba no vuelvo”. Lo dijo con su peculiar manera de hablar, sustituyendo  la erre por la ele.

Esa es la realidad de los migrantes que por hoy están varados en Costa Rica. Ninguno dice que ha dejado Cuba porque le gusta la aventura. “Cuba siempre será mi patria, la llevo en mi corazón, pero la dejo porque vivir en ella no tiene sentido”, dijo un joven que viaja con su esposa.