Una clica controla el barrio San Jacinto

La Harrison Locos Salvatruchas (HLS) domina desde la colonia Santa Marta hasta el límite de San Salvador con San Marcos.

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La Harrison Locos Salvatruchas (HLS) es la pandilla que domina en el barrio San Jacinto, San Salvador.

/ Foto Por EDH

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2015-12-20 8:00:00

Entrar a El Paraíso no es recomendable para un foráneo. Esta colonia queda al costado derecho del bulevar Venezuela, transitando de poniente a oriente. Cerca de allí, el 13 de diciembre del año pasado mataron a Juan Carlos Márquez, quien por error entró al territorio que dominan los 18 Sureños.

Desde esa colonia, cruzando el río Acelhuate hacia la colonia Santa Marta, en el límite de San Salvador con Soyapango,  comienza el dominio de la MS hacia el sur, cruzando prácticamente todo el barrio San Jacinto.

En ambas colonias, la presencia de estos grupos es fuerte. Los grafitis de la clica Harrison Locos Salvatruchos (HLS) se observan con mucha frecuencia en las casas de todas las colonias de ese sector. La presencia policial es escasa. Al  menos lo fue mientras EDH_hacía un recorrido.

Partiendo de la colonia Santa Marta fuimos a dar a la comunidad Harrison, que es de donde toma su nombre la HLS. Cerca también está la colonia Harrison Step.

Intenté entrar a la comunidad Harrison desde la calle Lara por el pasaje Marisela. Pero lo primero que saltó a mi vista fue una amenaza, una advertencia pintada en una pared: muerte al soplón. Eso dicen las letras negras en el fondo blanco hueso de una casa. No entré a esa comunidad. No era seguro.

Ahí están aunque no se vean

En el reparto que se han hecho las pandillas de la capital salvadoreña, el hecho de que en algún lugar o sector no haya miembros de pandillas viviendo o no se vea pintas de grafitis, no significa que esos grupos no ejerzan control.

Por ejemplo, en muchas colonias de San Jacinto, como la Terranova, la Manzano y otras aledañas, no hay mareros ni grafitis. Solo en el reparto Santa Clara encontramos uno de esos garabatos, aunque los vecinos aseguran que allí no molestan.

Sin embargo, en todas esas colonias como en el centro de San Jacinto, quienes se benefician extorsionando a los negocios allí instalados es precisamente la HLS.

Sobre la avenida Cuba el transeúnte no percibe la presencia de mareros, tampoco ve manchas en los postes del tendido eléctrico y menos en las paredes o muros.

Sin embargo, según cifras de policías responsables de la seguridad del sector, en los últimos dos años, se han registrado más de 15 asesinatos sobre esa calle, especialmente en ataques hacia negocios formales e informales.

Un ejemplo de lo anterior es que a un negocio de pinturas, le han matado dos vigilantes entre el 2014 y este año. El último fue identificado como Marcos Concepción Joaquín García. Seis meses antes habían matado a otro vigilante.

Nadie los ve, nada se ve. Pero el control de la MS ahí está en el centro de San Jacinto y sus colonias.

El dominio de la clica Harrison Locos Salvatruchas llega hasta el límite de San Salvador con San Marcos, y de la calle Modelo hasta el confín de San Salvador con Soyapango y el cerro San Jacinto.

Al igual que la PNC, esa agrupación criminal tiene pequeños grupos diseminados en algunas urbanizaciones. La Policía recién ha instalado un puesto con unos pocos elementos en la urbanización Las Conchas, donde hay presencia permanente de la MS, de la clica Harrison.

Límite es el “botadero de cadáveres”

Ya en el barrio Modelo, quienes controlan ese territorio es otra clica. Los Modelos Locos Salvatruchos, según explicaron policías del puesto de la colonia Málaga. El control de esa agrupación llega hasta la calle a Huizúcar y comienza justo en el cruce de la calle Francisco Menéndez y la calle Modelo, donde el domingo y lunes anterior, las autoridades encontraron los cadáveres de dos hombres. El último tenía un grillete o esposa en la muñeca de la mano izquierda.

Esa colonia parece no dar muchos sobresaltos a la PNC, según me confió un policía.

El más sobresaliente, al menos en este año ha sido el ataque con disparos de fusil a la caseta policial de la colonia La Málaga, el pasado 5 de noviembre, en la noche.

Los policías no escapan al control que hacen las pandillas. Bueno, quizá son los más controlados.

De acuerdo con la fuente policial, hay fuertes sospechas de que para el ataque policial, los mareros contaron con la complicidad de algún habitante de los edificios multifamiliares más cercanos a la caseta.

“Alguien tuvo que decirles cuándo era el momento más adecuado”, indicó.

Por suerte, el delincuente que disparó tal vez no tenía mucha experiencia, pues al disparar la ráfaga, el fusil se le fue hacia arriba. De no haber sido así, hubiera matado a un sargento que se encontraba sentado frente a un escritorio, aseguran las fuentes.

Por suerte, también para los policías, el disparo que le cayó al televisor solo le quebró una esquina.