Tres niñas entre cinco y siete años fueron testigos silenciosos del ataque armado que sufrieron su padre y sus tres hermanos mayores, el martes cerca de las 11:00 de la noche en caserío Tatalpa, del cantón Anal Abajo, en Nahuizalco, Sonsonate.
Todos estaban dormidos cuando un grupo de ocho sujetos, siete de ellos cubiertos con gorros navarones y uno sin esconder su rostro, derribaron la puerta de la casa.
Muy asustados por la violencia con la que llegaron, las víctimas encendieron un foco para ver lo que sucedía, pero uno de los sujetos lo apagó de un balazo luego de ubicar a sus víctimas.
Posteriormente y sin mediar una sola palabra los sujetos comenzaron a disparar contra cada uno de los cuatro que se hallaba en la casa.
“Yo me quedé inmóvil y asustada por lo que acontecía, no hallé que hacer”, explicó una sobreviviente.
Uno de los muchachos para no ser alcanzado por las balas corrió a esconderse debajo de una cama, pero de nada sirvió pues le dispararon varias veces. Otro intentó correrse pero le pasó lo mismo.
Aquel escándalo, los lamentos de las víctimas y el llanto de una de las sobrevivientes con un bebé en brazos, despertó a las demás niñas.
Sin tiempo que perder, los atacantes luego de arremeter contra aquel grupo familiar escaparon en segundos.
De acuerdo con la investigación, el primero en ser asesinado fue Elmer Enrique Tepas, de 22 años, su cadáver quedó tendido cerca de su dormitorio, los otros tres aún con vida se lamentaban en el suelo, dijo una pariente.
Más noche, los familiares llamaron a la Policía para que auxiliaran a los tres heridos quienes se debatían entre la vida y la muerte en el suelo.
De inmediato una patrulla policial trasladó a los tres lesionados al hospital Jorge Mazzini, en Sonsonate.
Sin embargo, poco después dos de los tres lesionados murieron en el hospital.
Uno de los que murieron era el padre, Higinio Tepas, de 65 años y de igual forma su hijo Fredy Tepas, de 20 años.
Un tercero de los lesionados logró sobrevivir y se recupera en el hospital de Sonsonate.
Ayer durante el día, las autoridades todavía no manejaban claramente un móvil del triple homicidio.
Por posible venganza
Sin embargo, la Policía no descarta que este triple homicidio haya sido cometido por la pandilla 18 en venganza por el asesinato de un marero de esa pandilla, días antes.
Un agente aseguró que el lugar donde se dio el triple homicidio es de dominio de la MS.
Una pariente de las víctimas tampoco destacó que este triple asesinato haya sido en venganza, aunque negó que sus hermanos hayan tenido que ver con ese hecho.
Negó que los muchachos de 20 y 22 años hayan tenido alguna vinculación con las pandillas del lugar.
Al contrario abogó que los muchachos eran trabajadores y que se dedicaban a la albañilería o agricultura.
Tampoco recibieron alguna amenaza, aunque, la pariente recordó que hace dos años un sujeto le dijo a uno de sus hermanos que lo asesinaría.
A pesar de que el cantón Anal Abajo en el municipio de Nahuizalco es un reducto indígena, las pandilla 18 y la MS se han infiltrado en sus comunidades.
En cuanto a su presencia, los vecinos se abstuvieron de referirse y se limitaron a decir que la zona es tranquila y que este hecho los había tomado por sorpresa.
Ayer mientras las familia trabajaba en los preparativos del velorio, dos hombres armados, que parecían detectives o investigares de la Policía llegaron a la vivienda de las víctimas.
Los sujetos se dirigieron a conversar unas pocas palabras con uno de los dolientes, luego se ocuparon de observar cada uno de los movimientos que se daban en la casa.
A pesar de la crudeza con la que se habían registrado los hechos la noche anterior, en los contornos de la vivienda no había seguridad policial para garantizar que el ataque registrado la noche anterior, no se volviera a repetir.
Por la falta de recursos de la familia, vecinos y familiares ayer hacían una recolecta casa por casa para suplicarles una colaboración para cubrir los gastos de los funerales de las tres personas.
Masacre en El Chaparral
El 27 de abril, hace unos cinco meses, en cantón El Chaparral, en la parte alta del municipio Nahuizalco asesinaron a una mujer y a tres muchachos que la acompañaban, cuando se dirigía a trabajar a la finca Macarena.
Las autoridades en esa ocasión aseguraron que ese hecho había ocurrido en la lucha de las pandillas por mantener el control de sus territorios.
Un grupo de 15 sujetos, enmascarados y con prendas similares a las de la Policía así como armados de fusiles M-16 emboscaron a sus víctimas, las ataron de pies y manos y las ultimaron.