Virginia eleva nivel de alerta antipandillas tras asesinato de estudiante salvadoreño

La policía ha detenido a tres supuestos autores del asesinato, y ven similitud del hecho con el actuar de pandillas en Centroamérica. Esta semana también han aparecido marcas de la MS-13 en los vehículos estacionados en un vecindario del mismo condado.

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Foto Por WJLA

Por Tomás Guevara - Corresponsal en Estados Unidos

2015-09-10 4:10:00

El atraco mortal contra el estudiante salvadoreño Danny Centeno Miranda, de 17 años, la mañana del vienes recién pasado generó un terremoto mediático y policial en Virginia que llevó al cierre de la escuela Secundaria Park View, donde estudiaba la víctima que falleció en el hospital de la localidad al no resistir los impactos de bala que le propiciaron tres jóvenes hispanos, dos de ellos indocumentados, que ya fueron capturados.

El hecho ha generado alerta en las comunidades del condado de Loudoun, y otras jurisdicciones vecinas como  Fairfax County, Prince William y Arlington, donde se mantienen atentos a las noticias de este crimen que tiene muchas similitudes con el actuar de las maras en El Salvador, como lo consignaron los medios de comunicación del Área Metropolitana de Washington.

La víctima, que llegó hace dos años a residir con sus parientes en la ciudad de Sterling, había salido de El Salvador para escapar de la violencia aguda en este país, según relataron los familiares del fallecido cuyo cuerpo será repatriado a El Salvador en los próximos días donde lo sepultarán sus padres.

Un día después del hecho, la policía del condado de Loudoun ya tenía arrestados a tres sospechosos, uno de ellos de 17 años, aún menor de edad, para quien el fiscal de Virginia, James Plowman, se aprestó a anunciar que pedirá que se le juzgue como adulto, por considerar que fue este el autor material de los disparos por la espalda contra Centeno.

Además del menor que está retenido en un centro especial, la policía difundió las fotografías de Henry Ernesto Domínguez Vásquez, de 20 años, y Juan Moisés Aguirre Zelaya, de 18 años respectivamente; también acusados de ser parte de la trama para el asesinato y por posesión de armas de fuego.

Ambos sospechosos entraron de manera ilegal a Estados Unidos según han corroborado las oficinas policiales, luego de las declaraciones obtenidas a los arrestados y con el cotejo de sus datos por parte del Departamento de Seguridad Nacional, DHS, por sus siglas en inglés.

Temor por las maras
El jefe policial de la ciudad de Sterling, Mike Chapman, ha considerado que el crimen no parece un incidente casual, puesto que los hechores y la víctima se conocían por lo que la tesis que este crimen pueda estar relacionado con acciones de estructuras de pandillas como la MS-13 no se deja de lado.

“Puede haber algo de afiliación a una pandilla, sin embargo no sabemos cuál fue exactamente la razón de esta acción que tuvo lugar esa mañana contra el estudiante. Estamos investigando eso”, ha repetido el jefe policial  Mike Chapman.

No es la primera vez que la Secundaria Park View ha saltado a las noticias por sucesos relacionados con supuesta actividad pandillera; en marzo de este año un grupo de posibles integrantes de la MS-13 intentó reclutar jóvenes estudiantes de la Sterling Middle School, según registros de la misma policía del condado Loudoun, que acudió a un registro el 8 de abril de este año, a la secundaria.

No obstante, sin tener una certeza de las motivaciones del crimen, los investigadores policiales apoyados por las Fuerzas de Tareas Antipandillas, conocidas en inglés como Gang Task Forces, reúnen todos los elementos para profundizar en este hecho; destacan el hecho que los supuestos hechores, Domínguez Vásquez y Aguirre Zelaya, compartían vivienda en el Sterling North Boulevard, a pocas cuadras de donde residía su víctima mortal y lo conocían.

El jefe policial ha reiterado que la captura de los sospechosos se debió al rápido apoyo de esas unidades de acción contra las pandillas, que trabajan en una fuerte red de inteligencia y comunicación para crear bases de posibles miembros de pandillas desde el monitoreo directo en las escuelas donde incluso hay maestros que les colaboran con informes; además del seguimiento que hacen los policías asignados a los distritos escolares.

Aunque episodios violentos como el ocurrido el fin de semana no son el pan de cada día en las escuelas públicas del norte de Virginia, las autoridades escolares reconocen que la presencia de las temidas pandillas, en especial la MS-13, es uno de los problemas a enfrentar en los centros educativos, más que todo en aquellas escuelas que sirven a comunidades mixtas con inmigrantes y grupos raciales diversos. 

La encargada del sistema escolar del condado de Loudoun, Suzanne Devlin, reconoce que en las direcciones de los centros educativos hay conciencia de este mal, pero el trabajo está encaminado a instar a los estudiantes a no dejarse envolver por esas formas de odio y rivalidades dentro de los centros educativos.

Es tajante en afirmar que “sin duda existe actividad pandillera en la escuela… algunos muchachos me han dicho que entienden las implicaciones de traer a su pandilla a las aulas, por eso hacen todo lo posible por dejarla fuera”, aseguró la funcionaria escolar a los medios de comunicación.

Un vecino de los ahora procesados explicó a la prensa nacional, que acudió en masa a esa localidad cercana a la capital estadounidense y al Aeropuerto Internacional Dulles de Washington, que no sospechaba que inquilinos en su edificio podrían estar asociados con actividad pandillera, pero reconoció que la casa era visitada por varios ocupantes, especialmente jóvenes y que en ocasiones se escapaba el humo de la marihuana que inhalaban hasta su domicilio. 

Al crimen contra Danny Centeno, por el que sus tíos y otros parientes residentes en Virginia han pedido que se haga justicia, le siguió esta semana el aparecimiento de marcas de la MS-13 en los carros aparcados en el estacionamiento de un pacífico vecindario en la misma ciudad de Sterling, con lo que la alerta en las comunidades se elevó al máximo.

Considerar que la temida pandilla que enluta a países como El Salvador, Honduras y Guatemala opera en sus vecindarios es motivo de alta preocupación para los residentes de esas comunidades de Virginia, según lo denunciaron, pero más para las autoridades que tienen la tarea de neutralizar con la fuerza policial y el imperio de la ley a estos grupos.