Urge reparar techos de talleres vocacionales

Impartir las clases se hace muy difícil en la época de invierno. La Renovación Carismática llama a ahuachapanecos a colaborar con la reparación del centro vocacional

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En esta época de invierno, el lugar se inunda de agua debido a las múltiples goteras que existen en la infraestructura. 

/ Foto Por Cristian Díaz

Por Cristian Díaz comunidades@eldiariodehoy.com

2015-09-14 3:43:00

Los techos de los tres módulos de los talleres vocacionales La Guadalupana, en Ahuachapán, tienen filtraciones de agua, por lo que cuando llueve los asistentes deben buscar las áreas que no tienen goteras para recibir sus clases.

Además, el lugar se utiliza para realizar retiros espirituales. Quienes participan también se ven en la obligación de buscar las zonas secas para continuar sus reuniones.

El lugar es administrado por la Renovación Carismática Católica Santa María de Guadalupe, quienes proporcionan la infraestructura a la Asociación Ágape y al Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (Insaforp) para que brinden los talleres de forma gratuita a la población.

Ágape dona a la renovación insumos como galletas, cereales y ropa, entre otros, para que sean comercializados y así obtener fondos para cubrir las necesidades.

Sin embargo, el primer coordinador del Consejo de Ancianos de la renovación, Jorge Mendoza, reconoció que lo que logran de dinero es insuficiente para cubrir las necesidades que tiene la infraestructura, incluyendo su reparación.

Por ello están realizando una rifa para recaudar fondos que permitan la sustitución del techo del módulo dos, que es el más deteriorado, el cual presenta rajaduras por lo viejo del asbesto, además, múltiples reparaciones debido a que ya cumplió su vida útil.

La condición de los otros módulos es similar, aclaró.

El lugar está sobre el kilómetro 98 y medio de la carretera que de Ahuachapán conduce hacia Turín y fue construido en 1994, pero comenzó a funcionar un año después; desde entonces mantiene los mismos techos.

Para su sustitución requieren de $5,500, pero con la rifa apuesta por cambiar el del módulo dos cuya inversión asciende a $2,500, añadió.

El sorteo se llevará a cabo el 26 de septiembre y rifarán un celular con sistema android, una Biblia de letras grandes y una pelota de fútbol. Cada número vale $0.25.

“Si alguien quiere colaborarnos con la rifa, nos reunimos en la iglesia de San Antonio. Ahí está el sacristán a quien le pueden pedir más información”, señaló Mendoza.

Una de las instructoras de los cursos que se imparten en los talleres, Ana de García, reconoció que es urgente la necesidad de sustituir los techos, por lo que hizo un llamado a las personas para que colaboren económicamente a fin de realizar estos trabajos.

Resaltó que los talleres brindan la oportunidad de superación, y que por el momento se imparten los de mesero-bartender, camarero, asesor de ventas, panadería, pastelería, cocina, corte y confección, cosmetología  e informática.

“No es fácil ver que está cayendo el chorro de agua; pero si hubiera algo que pudiera hacerse es lo más conveniente para beneficiar mejor a los participantes”, expresó la instructora.

El cambio de techos no es la única necesidad con la que cuenta el lugar. El año pasado terminaron de construir una capilla con ayuda de altruistas; pero aún le falta parte del cielo falso, luminarias y equiparla con unas 300 sillas.

Además está la construcción de una cocina, ya que la actual fue realizada hace veinte años y es de lámina y madera. Algunas de sus vigas ya están podridas, por lo que representa un riesgo cuando hacen uso de esta. Para su construcción necesitan entre 10 mil y 15 mil dólares.

A lo anterior se suman otros $5,000 para la introducción de agua potable, ya que no cuentan con ese servicio.

Ante esa deficiencia, las instalaciones se abastecen de agua potable a través de una pipa que les proporciona la alcaldía de la localidad cada semana, por lo que operar no es tan fácil, comentan.