Guatemaltecos deciden hoy su futuro entre la apatía y la esperanza

La crisis institucional ha dividido los ánimos del electorado del vecino país.

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Guatemala.- 05092015.- Imagenes previo a las elecciones presidenciales en Guatemala. / Foto Por Mauricio Càceres

Por Rafael Mendoza López, enviado especial a Guatemala

2015-09-05 9:18:00

Jaime Rivera tiene 51 años y trabaja desde hace 20 en una fábrica. A visto desfilar a presidentes de distinto signo político, pero ahora se encuentra desmotivado y considera que acudir a las urnas hoy no servirá de mucho. Este es uno de tantos sentimientos encontrados con los que la población de Guatemala acudirá hoy a las urnas a elegir presidente, diputados y alcaldes.

Pero a diferencia de Jaime, hay otros ciudadanos como Carmen Morales que consideran que ir a las urnas hoy significa un gran paso para derrotar la corrupción en este país. A sus 27 años, sostiene que es importante ir a votar para que termine el ciclo de la corrupción de una vez por todas.

Estas sensaciones son parte de un proceso que algunos analistas consideran atípico en vista de la crisis institucional y política que atraviesa este país en los últimos meses.

Casi no ha habido tiempo para que los partidos políticos y sus candidatos presenten propuestas a la población, ya que los principales titulares en los medios de este país han sido acaparados por los casos de corrupción a los que vinculan al expresidente Otto Pérez Molina y a la exvicepresidenta Roxana Baldetti, ambos en prisión preventiva.

A esto también se han sumado a las manifestaciones pacíficas que desde hace cuatro meses han emprendido los ciudadanos guatemaltecos, pidiendo que las autoridades como el Ministerio Público hagan su trabajo y se llevara al banquillo incluso a un Presidente de la República bajo sospecha de corrupción.

“La ciudadanía, que es una generación nueva, ha estado expresándose consistentemente y exigiendo que el Ministerio Público logre cumplir con su función de perseguir a los implicados de casos de corrupción sin importar su cargo”, explica el analista Javier Brolo, miembro del la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies).

Brolo advierte que hay sentimientos mixtos en la población. Por un lado, el descontento por la clase política actual hace que la gente se vea motivada acudir a las urnas. Pero, por otro lado, hay un sector con capacidad de hacerse escuchar y con poder de incidencia que ha atacado el proceso electoral y incluso ha pedido que las elecciones sean pospuestas.

En tanto, para el analista Ricardo Barreno, del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep), otro de los aspectos que han incidido en este proceso electoral es el fortalecimiento de actores como la Comisión Internacinal Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), creada para colaborar con la persecución de casos de corrupción.

“Es un proceso bastante peculiar porque se está dando en medio de una crisis política institucional donde la ciudadanía perdió credibilidad en las instituciones del Estado”, agrega Barreno.

A pesar de que en la oferta electoral se puede apreciar a los mismos actores que han figurado en otras contiendas, Barreno es de la idea que ha surgido una nueva figura política encarnada en el aspirante Jimmy Morales, del partido Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), quién podría suscitar en la población una buena imagen y hacerse del apoyo ciudadano en vista de que no está ligado a la política tradicional.

“En el contexto de este proceso electoral, una particularidad más que viene a sumar al proceso actual es el surgimiento de un outsider”, advierte el analista.

Morales está colocado en segundo lugar en las encuestas por debajo de Manuel Baldizón candidato del partido Libertad Democrática Renovada (Líder).  No obstante, los analistas señalan que Morales carece de una presencia territorial, sobre todo en las zonas rurales del país.

Ambos candidatos estarían disputando la segunda ronda electoral del 25 de octubre.

En tercer lugar, se encuentra Sandra Torres, exesposa de exmandatario Álvaro Colom, según las encuestas de opinión publicadas por diversos medios y organizaciones.

La labor del Tribunal incluso ha sido bien evaluada por diversos analistas de sectores políticos. Ricardo Barreno advierte que este ente se ha constituido en un factor estratégico en el proceso, a pesar de que tiene sobre sí muchos retos en materia de procesos electorales y fiscalización de los financiamientos de los partidos políticos.

Calma previo a comicios

Los guatemaltecos suelen vivir sus emociones sin mucho escándalo. Ayer fue un sábado tranquilo, no parecía ser el día previo a una elección de presidente, diputados y alcaldes.

A lo mucho algunos ciudadanos se concentraron en la Plaza Central de la capital alzando pancartas con mensajes alusivos al caso del expresidente Otto Pérez Molina.

Algunos mensajes, incluso, iban para el actual mandatario. “Señor presidente Alejandro Maldonado en sus manos está arrancar de raíz la corrupción de sus ministros y secretarios”, decía una pancarta.

Lo que se puede destacar de este proceso es que todas las manifestaciones de la ciudadanía han sido pacíficas.

Donde sí se registraron algunos conatos de violencia y se encendieron los ánimos fue en algunos municipios cercanos a la frontera con El Salvador, según las autoridades.

La pinta y pega han sido desterradas, solo se permite colgar pendones con los rostros de los candidatos. Fuera de eso, no había en buena parte de la capital algún detalle distintivo de carácter político electoral ni tampoco colores partidarios.

De hecho, las calles están vacías y mucha presencia policial y militar. Tampoco se veían activistas políticos. Incluso, la prohibición de bebidas alcohólicas durante los comicios ha sido acatada a cabalidad, al menos, en los restaurantes y negocios más visibles.

Hay más de 30 mil agentes de la Policía Nacional Civil y 20 mil miembros de las fuerzas armadas para garantizar la seguridad de las elecciones.

El viernes por la noche circularon unos volantes en los que se llamaba a la población a no votar: “No debemos votar, pues significa apoyar un sistema político pervertido, siniestro, podrido”.