El número de casos de leishmaniasis, una enfermedad transmitida por un mosquito llamado jején infectado con el parásito protozoario del género leishmaniasis, se ha incrementado en el país.
El año pasado, el Ministerio de Salud (Minsal) reportó 32 personas con la infección, la mayor cifra notificada en los últimos seis años. Los datos de la entidad detallan que en 2013 no hubo ningún caso, en 2012 fueron 16, en 2011 reportaron 14, en el 2010 eran nueve y en 2009 detectaron cuatro.
Aunque la entidad no ha hablado públicamente sobre el ascenso de esta enfermedad, para el infectólogo particular, Jorge Panameño, lo que hay es un brote de la patología. En el primer semestre de 2015 ya se detectaron ocho casos, dos en varones y el resto en mujeres.
Panameño expresó que la enfermedad es capaz de producir brotes y que es necesario indagar si hubo algún viajero que trajo la enfermedad y con la presencia de jejenes se expandió en la zona.
El año pasado los afectados se concentraron en la zona oriental de El Salvador, tres se registraron en Usulután y 28 en La Unión.
Según datos proporcionados por la Oficina de Información y Respuesta (OIR ) del Minsal, 14 de las personas contagiadas tenían de 20 a 59 años, nueve de cinco a nueve años, ocho de diez a 19 años y uno entre uno y cuatro años.
Mientras que los ocho casos detectados en el primer trimestre de 2015 se presentaron en la Unión, uno de ellos es menor de un año, dos de cinco a nueve años, tres de diez a 19 años y dos de 20 a 59 años.
“Si hablamos que la leishmaniasis ha aumentado creería que lo que se debe investigar es un posible brote epidémico, eso es realmente importante porque no es una enfermedad que ha estado aquí presente como el caso del dengue y que de repente se sale del número de casos”, acotó el infectólogo particular.
Al jején no le gusta el agua limpia, vive en las alcantarillas, en los espacios oscuros de las casas, en los corrales de gallina o entre los muros de piedra.