Estudiantes reciben clases en escuela de bahareque

Problemas legales con el terreno donde funciona frena las mejoras. Tampoco cuenta con área recreativa

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El Centro Escolar del Cantón Tapacún, municipio de Atiquizaya, en el departamento de Ahuachapán, se encuentra en un limbo legal, ya que no cuenta con un terreno propio y sus pisos y paredes se caen a pedazos.

/ Foto Por elsalvadorcom

Por Cristian Díaz

2015-08-15 7:01:00

Los 64 alumnos que cursan desde parvularia hasta sexto grado en el centro escolar Cantón Tapacún, en Atiquizaya, reciben sus clases de forma antipedagógica porque la infraestructura que utilizan ya presenta serios daños en algunas de sus paredes de bahareque.

Además, presenta filtraciones de agua tanto en el techo como en el suelo; y los estudiantes carecen de un espacio adecuado para realizar sus actividades recreativas. Ante esto último, deben de utilizar las calles aledañas en la hora de los recesos.

El riesgo aumenta porque la humilde estructura, que está en un área de apenas 50 metros cuadrados, está en una parte alta que amenaza con ir cediendo ante la falta de un muro de contención.

La directora, Rosa Mélida Renderos de Alfaro, expresó que cuando realizan simulacros en casos de emergencia no tienen a dónde salir por la condición del terreno.

“Guarda mucha humedad el suelo y las vigas están podridas; los horcones se nos están cayendo”, lamentó la docente.

Recordó que la situación era peor, cuando en 1995 la escuela había sido construida de palmas; pero hace ocho años la hicieron de bahareque. 

Antes de esa fecha, la institución funcionó en otros lugares del cantón, pues son cerca de 40 años los que tiene de existir en la localidad.

De Alfaro señaló que el bahareque no tiene muchos años de vida por lo que urgen sustituir la infraestructura por una adecuada.

Aunque reconoció que el problema para hacer mejoras radica en que el sitio donde funcionan no es propiedad del Ministerio de Educación (Mined), lo que imposibilita que la dependencia de gobierno o entidades altruistas, construyan una infraestructura adecuada.

Contar con una escuela en mejores condiciones podría servir de incentivo para que los jóvenes lleguen a estudiar.

El asistente técnico pedagógico por parte del Ministerio de Educación, Nery Eulalio Lico Rodríguez, reconoció las limitantes que enfrenta la institución. Además, señaló que harán nuevos intentos para que el propietario del terreno venda o done el área donde está la escuela.

Al igual que la directora, aseguró que ya han hecho gestiones para legalizarlo sin cumplir con el objetivo hasta la fecha.

La zona donde está es estratégica para la edificación de una infraestructura adecuada, dijo.

“Para nosotros es importante que los ambientes donde los muchachos están sean agradables. Lastimosamente, acá como no es propiedad del Ministerio, estamos prácticamente de posada, no se ha podido construir aunque han venido algunos donantes”, agregó.

La alcaldía también ha mostrado su interés en mejorar las condiciones de la escuela; incluso, para ayudar en la adquisición del terreno. Pero en la zona no hay áreas que sean comercializadas.

Al igual que el resto del cantón, la escuela no cuenta con energía eléctrica. Pero este año recibió fondos para la adquisición de una refrigeradora para mantener frescos los alimentos que le proporcionan a los estudiantes.

Lico dijo que gestionarán una planta solar para que la escuela tenga dicho recurso porque de lo contrario, señaló la directora, tendrán que regresar los fondos para la adquisición del electrodoméstico.

Una de las madres de familia, Teresa de Jesús Hernández, señaló que la escuela enfrenta muchas carencias por lo que hizo un llamado a las autoridades correspondientes para la compra de un terreno y la posterior construcción de la infraestructura.

La escuela se encuentra a nueve kilómetros desde la carretera que une a Turín con Atiquizaya.
La vía es de difícil acceso por lo que no hay transporte hacia este cantón.

Las personas deben de caminar más de media hora para abordar un camión, que les cobra dos dólares ida y vuelta a la ciudad.

En ocasiones llegan dos mototaxis hasta el cantón; pero cobran entre seis y ocho dólares.