Si en el país funcionara bien un Sistema de Emergencias Médicas (SEM), la red de establecimientos sanitarios no necesitaría tener un número grande de ambulancias.
Juan Antonio Tobar, ex jefe de la Emergencia del hospital Rosales y conocedor del tema, indicó que en un país como El Salvador, a nivel poblacional, el cálculo que existe es que se requiere de una ambulancia medicalizada (clase A) por 500 mil habitantes y una tipo B para 100 mil habitantes.
En la red hospitalario se debería contar con una ambulancia medicalizada en cada uno de los hospitales especializados y regionales, y en el resto, los generales, una tipo B por cada 200 pacientes ingresados.
La ambulancia clase A corresponde a una unidad de cuidados intensivos ambulantes. Esta cuenta con un respirador artificial, un monitor y con los medicamentos necesarios para salvaguardad la vida de una persona. La diferencia con la clase B es mínima, pues debe tener insumos y medicamentos de diferente categoría.
“Eso asumiendo que funciona el sistema de emergencias. En este momento, hasta donde yo sé, hay un limitado número de ambulancias. Cuando se inauguró solo se contaba con diez medicalizadas”, añadió Tobar.
El SEM debe hacer el traslado del paciente de la calle al hospital, porque el Minsal no cubre este tipo de urgencias. Por eso las personas todavía son trasladadas a las Emergencias de diferentes formas, hasta en camas de pick up de la PNC y de particulares.
“Si revisa las ambulancias de los hospitales están desmanteladas. No encuentra un gabinete de medicamentos e insumos. Ahí encuentra una pequeña área donde acostar a un paciente y sacarlo hacia un lado”, añadió Tobar.
El SEM fue inaugurado en diciembre de 2013 para funcionar inicialmente en el Área Metropolitana de San Salvador, pero solo con diez ambulancias propias y diez más coordinadas con los cuerpos de socorro. El Ministerio de Salud, a través de la OIR, aseguró que se han transportado 1,284 pacientes críticos a través del SEM.