ANEP advierte que país está encaminado al Socialismo del Siglo XXI

La gremial dio a conocer las pruebas de que se está implementando este modelo

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Por Pedro Carlos Mancía

2015-08-18 6:00:00

El Salvador se encamina a presentar todos los síntomas que tienen los países inmersos en la esfera del Socialismo del Siglo XXI, en donde el Gobierno tiene el control del organismo electoral, ataca a la Sala de lo Constitucional, irrespeta la separación de los poderes y posee el control legislativo.

Además, en esas naciones desde el Ejecutivo se desacredita a los opositores, hay financiamiento de campañas del partido oficial con fondos públicos, ataques contra los medios, control de sector laboral y una creciente inseguridad.

A esas conclusiones llegó ayer la Asociación Nacional de la Empresa Privada (Anep), luego de un análisis en el cual indagó sobre las causas de los principales problemas que afectan a El Salvador,  y que están encaminándolo a  una crisis económica y política similar a las que viven Venezuela y Ecuador.

La gremial dio a conocer dicho análisis en el marco del foro: “¿Sabe por qué El Salvador está en crisis?”, en el que participaron ejecutivos de la gremial así como el ex presidente de  Fedecámaras de Venezuela, Jorge Roig; y Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, Ecuador.

Sobre el tema Waldo Jiménez, director de Asuntos Económicos de Anep, señaló que nuestra nación enfrenta el modelo del Socialismo del Siglo XXI, el cual ha sido impuesto en Venezuela, Ecuador y otros países latinoamericanos, y que los ha llevado a vivir sus respectivas crisis.

Jorge Daboub, presidente de Anep, expresó que “este modelo, que ahora enfrenta El Salvador, no es una ideología política, sino la utilización de la etiqueta de Socialismo del Siglo XXI para encubrir una dictadura que se apoya en el engaño, la demagogia y el populismo”.

Según Jiménez,  El Salvador posee los diferentes síntomas de un país con Socialismo del Siglo XXI,  factores que determinan que nuestra República se encamina a una crisis de gran magnitud.
De acuerdo con el presidente de la Anep, “la difícil coyuntura por la que atraviesa hoy nuestro país es resultado de imponer la “franquicia” que en otros países de Latinoamérica ha redundado en pobreza, inseguridad, escasez de bienes, ataque a la clase media y la destrucción de la libertad y la democracia”.

Para el directivo, la inseguridad, el bajo crecimiento económico y los ataques a la democracia, son parte del proceso de imposición de este modelo “que ha fracasado siempre”, y son las acciones políticas y gubernamentales que están siendo implementadas las que llevan a nuestra nación hacia ese rumbo.
Jiménez criticó del Gobierno algunas de los programas que ejecutan como los diversos subsidios que otorgan, puesto que solo están “comprando votos y no solucionan los problemas”.

Con esto ejemplificó que el Estado ha incrementado el número de programas sociales que ofrece; sin embargo, la población que los recibe se mantiene en la misma condición de pobreza, pues les sigue dando dádivas y no les enseña a salir de ese estancamiento. Esto implica que el Gobierno incrementa el gasto público, endeuda más al país y no soluciona el problema de pobreza.

Asimismo, los representantes de la Anep hicieron un llamado en contra de muchas de las acciones que se ejecutan en el país.  “El Salvador está en crisis y hemos encontrado numerosos documentos sobre cómo se está construyendo el Socialismo del Siglo XXI”, añadió Jiménez.

El analista aseveró que se han estudiado muchos de los sucesos que se están viviendo en los países latinoamericanos en donde se ha aplicado este modelo. “Diferentes consecuencias que están sucediendo en estos países nos hacen dudar si, efectivamente, lo que estamos construyendo (en la nación) son dictaduras que sólo benefician a un reducido grupo de personas”, indicó.

Una de las principales señales es la entrada de empresas estatales que buscan abarcar el mercado. Este, explicó, sería el caso de las empresas Alba, que entraron al mercado ofreciendo una gran gama de productos. “Hay una serie de negocios que se están realizando en el país, en donde primero modifican las leyes y después de esto, el conglomerado Alba entra al mercado”.

La critica sobre esto es que Alba, en los países en donde está operando, no sólo tiene un objetivo económico, sino también uno político.

En cuanto a la corrupción, Jiménez destaco algunos hechos, que han sido publicados en medios nacionales, como el caso de la presa El Chaparral, en donde “aún se investiga la construcción y aunque las empresas (constructoras) están siendo cuestionadas en su país de origen, el Estado ha decidido mantener relaciones con ellas”.

El representante de la Anep hizo hincapié en que este tipo de modelos fomenta más la pobreza. “Se crea un círculo vicioso: a más pobreza, se crean más programas sociales, lo que genera mayor dependencia del Gobierno y con eso se siembran los votos para las próximas elecciones”, dijo.

Luis Cardenal, presidente de la Cámara de Comercio, explicó que ahora se están viendo las consecuencias de aplicar un modelo como el Socialismo del Siglo XXI, en el cual  “la economía no crece, no vemos oportunidades de empleo, la deuda cada vez más grande, no viene inversión, no tenemos las condiciones para darles seguridad jurídica ni confianza para atraer inversionistas, que es el primer paso para generar empleo, crecimiento y desarrollo”, concluyó el empresario.