La grave sequía que ha afectado a la zona oriental durante los últimos meses ha provocado también un aumento en los casos de dengue en la región, informó el viceministro de Políticas Sectoriales de Salud, Eduardo Espinoza.
“Donde más prolongada ha sido la ausencia de lluvia es donde más se ubica la procedencia de hospitalizaciones que coinciden con el mayor índice larvario”, expuso Espinoza.
El último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud, del 9 al 15 de agosto, destaca a los departamentos de San Miguel y La Unión con las mayores tasas de infección del dengue entre la población.
San Salvador solía mantenerse en primer lugar, pero ha sido superado por el departamento de La Unión con una tasa de 147 casos por 100 mil habitantes y San Miguel con 141 por 100 mil habitantes.
Actualmente en San Salvador la tasa es de 85 casos cada 100 mil.
Espinoza dijo que la situación podría deberse a que la población ha necesitado guardar mayor cantidad de agua en depósitos, influyendo en el aumento de criaderos de zancudos y en la propagación de los virus.
Alerta nacional
De enero a la fecha los casos sospechosos de dengue son 17,325, que representan una disminución del 32% respecto al año pasado.
Los casos sospechosos de chikunguña son 32,096.
El director de Protección Civil, Jorge Meléndez, dijo que aunque los casos no llegan al nivel de epidemia registrado el año pasado, urge reforzar las acciones contra ambas enfermedades.
“De no tomar las medidas apropiadas podría elevarse a un nivel de mayor peligrosidad. Surge la necesidad de la participación del sistema nacional de Protección Civil para mejorar los niveles de control de ambas enfermedades”. Ayer Meléndez emitió una alerta preventiva a escala nacional, estratificada. Amarilla para 14 municipios y verde para el resto de los municipios.
Meléndez anunció que la próxima semana se reunirán con los 14 alcaldes de los municipios que reportan mayor afectación para proponer un método de control biológico, o alevines.
El plan piloto está basado en los resultados obtenidos de un proyecto en La Libertad, donde una promotora de salud trabajó con los habitantes de las playas San Diego, Cangrejera y El Majahual, para el uso de crías de peces en pilas y barriles para que mantengan los depósitos libres de larvas de zancudos.
Espinoza aseguró que en esos lugares, en dos años de trabajo se ha logrado disminuir a menos del 4% el índice larvario, que es considerado el estándar de seguridad para prevenir el riesgo de epidemias.
El índice larvario nacional es del 11%, mientras que departamentos como San Salvador es del 22% y San Miguel del 14%.
Espinoza dijo que pretenden expandir el uso de los alevines como controlador biológico, en vista que las limitantes de acceso a agua obligan a la población a mantenerla acumulada en sus casas. “Le resulta caro botar el agua. Los alevines son una alternativa excelente para este caso”, comentó.
Meléndez agregó que propondrán a los alcaldes desarrollar viveros de peces en cada municipio ya que aun no tienen todos los necesarios para una prueba nacional.