Busca ayudar, pero no la dejan entrar al hospital

Patty Saade motivada por el episodio de cáncer de su hermana y tras leer las necesidades de pacientes del Rosales con esa enfermedad, se lanza a  ayudar a los enfermos, pero le han prohibido su ingreso al hospital

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Autoridades del Hospital Rosales le han impedido el acceso a Patty Saade a ese centro asistencial. Hasta hace un tiempo, ella conseguía ayuda y donaciones para enfermos de cáncer.

/ Foto Por elsalv

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2015-08-30 9:00:00

Su nombre se vuelve cada vez más popular en las redes sociales. Pacientes de cáncer del hospital Rosales la definen como un “ángel”, y para los agentes de la Policía  puede ser sinónimo de colchonetas, pan y café. Patty Saade se ha convertido en una salvadoreña que busca, simplemente, ayudar a quien lo necesita.   

Sin embargo, sus acciones no han estado alejadas de la polémica, y actualmente tiene vetado su ingreso al hospital Rosales.

– ¿Qué la motiva a ayudar a gente que no conoce?, se le preguntó.
“Todo inició porque mi hermana mayor es paciente de cáncer. El 29 de abril del año pasado ella fue diagnosticada con cáncer de mama fase 4. Yo  estuve al lado de ella en todo el proceso de quimio. Ella entró en fase de remisión, es un verdadero milagro, gracias a la fe que ella tiene. 

Entonces yo decidí que tenía que devolverle a Dios el milago recibido. Un 15 de julio apareció una noticia en El Diario de Hoy de Fátima Guadalupe Lovos, una paciente con leucemia, del Rosales, que se iba dejar morir porque no había el medicamento que necesitaba y, por sus escasos recursos, ella no podía comprarlo.

Ella fue la persona que inició esta hermosa obra. Yo subí eso a mi página de Facebook y tuve una hermosa respuesta de parte de la gente”. 

En poco tiempo, la cuenta de Facebook de Patty Saade ha pasado a tener más de seis mil de seguidores, quienes comentan cada mensaje, vdeo o foto que ha colocado desde que visita el Rosales o pide pan y café para los policías.

– “Yo tenía mil 500 seguidores, me dedicaba a la crítica política. Por ese giro que Dios me dio, tuve la oportunidad de hacer algo bueno, se lo agradezco, porque estamos cansados de hablar de política. Ya llegó el momento que en lugar de critizar, hay que  humanizarnos. 
Las  cosas no van a cambiar, los salvadoreños sí podemos cambiar y tenemos que comenzar con los más necesitados, que es la gente que está acá adentro (en el Rosales). En ese hospital que todo mundo pasa a diario, nadie sabe lo que pasa adentro, saben los problemas de los sindicatos… pero no  saben lo que el paciente vive… cómo es no tener un dólar para una botella de agua”.

Los enfermos esperan con emoción la llegada de “la niña Patty”, como dicen algunos,  quien además de repartir papel higiénico, agua, galletas, también les lleva alegría, envuelta en abrazos, según testimonio de los mismos pacientes.
Uno de esos pacientes es don José Roberto Colato, cuya salud actualmente es muy delicada.

-¿Cómo pasó don Colato de ser un desconocido al señor que usted visita?
– “Yo amo a don Colato. Cuando yo empecé a visitar a Fátima,  la mandaron al pabellón y ahí me recibió don Colato, fue así como empecé a interactuar con cada uno de los pacientes. Aprendí a conocer su historial médico, sus necesidades, de dónde venían, cuántos años tenían. Nunca les reconocí por su número de cama, sino por su nombre. Para mí no es un  paciente más ocupando una cama para desahuciarlo, sino un ser humano más, digno  de llevar amor y atención. Así fue como comencé”.
Pero ese interactuar con los enfermos también atrajo la atención de las autoridades del hospital Rosales,  quienes desde hace varios días tienen vetado el ingreso de Saade a las instalaciones.

Al ser consultado el Director sobre  cuál es el motivo para tomar esas medidas, esta fue su respuesta: “El hospital es una institución pública, pero eso no significa que cualquiera va entrar como que entra a su casa.

Yo, para ir al hospital de Maternidad, tengo que pedir permiso, aunque yo sea director de acá y me conozca el director de allá…
Esta señora o señorita yo no sabía que ella entraba al hospital con donativo y cuestiones de ese tipo, me di cuenta porque me enseñaron una foto de Facebook que sacaba los pacientes enfermos, con la cara de los pacientes… sabemos que está fuera de las reglas de la ética estar fotografiando  paciente enfermos  para  pedir donaciones en favor de ellos. La acción, a lo mejor, tiene buenas intenciones, pero eso no es el proceso de hacerlo.  

Yo la mandé a llamar. Dije que cuando ella llegara no la dejaran entrar. Y si ella quería, que viniera acá y que pidiera permiso. Hoy ha hecho una solicitud, la estamos analizando porque le tenemos que poner condiciones de cómo va a entregar las donaciones, tiene que coordinarse con Relaciones Públicas del hospital y respetando las reglas del hospital”, dijo Ventura.
Pero esta medida tiene triste a un grupo de pacientes, quienes dicen que extrañan las paletas que les daba, ya que el comer algo helado les aliviaba los  síntomas que les causa la quimio. Otros le agradecen porque, a través de ella, ha llegado la ayuda para comprar los medicamentos que en el Rosales no han podido darles.

Vetada

Mientras, Saade lamenta estas dos semanas sin poder ingresar al sanatorio.
-“Yo empecé el 15 de julio, pero  hace 17 días se me negó la entrada al hospital. No se me explicó, solo me dijeron  que yo me había tomado atribuciones que no me correspondían.

Cuando yo   venía a visitar a Fátima, gestioné permiso porque quería ser voluntaria… Nunca se me dio.  Lamentablemente, como hay tantas directrices en el hospital, a mí me dijeron que (menciona el nombre de la persona) iba ser el conducto, pero luego ella desmiente eso. Yo no voy a quien tuvo la culpa… a mí lo que me interesa son los pacientes”, dice Saade.

Pero ¿cuál habría sido el detonante que generó la polémica por el ingreso de Saade al Rosales?

Ella piensa en un episodio concreto: “Desde ahí creo que se empezó a dañar la relación con el Rosales. Eel sábado 8 de agosto el banco de sangre cerró, creo que un banco tan importante debería ser 7/24, porque con la situación de violencia que vivimos ahí vienen a parar y no hay sangre … Ese día un paciente de 14 años, con cáncer terminal, se estaba desangrando por falta de plaquetas. Yo vine al hospital  a las 8 de la noche y no había sangre. Fui a la Cruz Roja. Ellos me dijeron que con gusto me la daban, pero que  tenía que llevar la solicitud del médico, pero él se negó a dármela”. 

Después de varias gestiones, se autorizó el ingreso de la sangre y el paciente recibió las plaquetas (derivado de la sangre).

El cierre de las puertas del Rosales ha dejado en el congelador otros proyectos que tiene Saade para los pacientes del Rosales, entre ellos la de entrega de Biblias, llevar nutricionista a los enfermos, así como una psicóloga ad honórem. “Todo eso se terminó el día que me bloquearon”, dijo.

¿Quién la acompaña en esa misión?
“Yo estoy solita y no busco  protagonismo”, responde, y luego añade: “Se habla de que ando protagonizando. El asunto de la fotografía (en su perfil de Facebook con los pacientes) lo que quise fue ventilar las necesidades de los pacientes, y entonces empecé a publicar las fotografías de cada paciente con su autorización. Después dijeron los del hospital que eso no les había parecido. Pero eso fue el éxito, ahí la gente empezó a  conocer realmente las necesidades de un pueblo que sufre, que tiene la desgracia de no tener dónde poder ir, solo tienen el Rosales”. 

¿Señora Saade, qué valoración hace de la respuesta que ha tenido en Facebook?
“Me parece positiva, porque es un lugar donde se genera amor y la gente está receptiva a poder compartir y manifestar una oración y poder donar algo. La gente ya se cansó de ver noticias de política y quiere ver algo más humano y esto es humano. Yo no me imaginé que eso iba a generar ese efecto”.

Saade continúa con su labor y se las ingenia para seguir en contacto con esos pacientes, de los que, a veces, también se ha tenido que despedir.

“Tuve que decirle adiós a Marito, perdió la vista, estaba en un estado crítico, le cerré sus ojos. Estuve con Dinora, le partimos su pastel en la fecha de cumpleaños y se puso a  llorar cuando le cantamos el feliz cumpleaños;le pregunte por qué y me dijo que era la primera vez que le celebraban su cumpleaños. Yo le dije: te faltan muchos… Ella falleció la semana pasada. Estaba doña Leoncia, ella lloraba porque  quería una peluca, no quería ir a su pueblo, porque estaba sin cabello y se iban a burlar de ella. Le conseguí una peluca linda, la maquillé y le tomé una foto. Falleció el martes 11. Yo dejé de venir (al Rosales) el miércoles 12”.

Pese a los obstáculos, Saade continúa su labor.

“Me siento muy agradecida con Dios, no hay nada que pague lo que yo  siento, es algo que hago ad honórem, no espero nada más que ver una sonrisa  en una persona que está desahuciada, en ver el alivio cuando eran las doce del día y los pacientes decían ya va a venir la niña Patty. Me estaban esperando, el amor de ellos es lo que a mí me retroalimenta. Lamento la situación y espero que las autoridades tomen cartas en el asunto”.