Rusia vuelve a clavar su bandera en Centroamérica

La nación más grande del mundo ha firmado convenios de cooperación en materia nuclear y de exploración espacial con Nicaragua

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El país se establece nuevamente como el socio geopolítico estratégico para Rusia en la región, por su posición cercana a su gran rival, Estados Unidos. Foto edh / Archivo

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2015-07-11 7:00:00

Lanzada a una reedición de la Guerra Fría, la Federación Rusa busca aliados por el mundo con los que contar para recuperar el esplendor de la época del viejo imperio cuando era la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Para lograrlo, cuenta con la incondicional Venezuela en el sur, y la necesitada Cuba en El Caribe. También quiere recuperar a Nicaragua en Centroamérica.

La estrategia ha sido ofrecer ayuda a una Nicaragua que en el discurso populista de Daniel Ortega lucha por salir de la pobreza, pero no tiene empacho en anunciar que quiere comprar aviones de combate. Cada aeronave cuesta al menos $25 millones.

Y no basta con comprar uno solo ni se puede tener una flota sin contar con instalaciones adecuadas y caros talleres y repuestos especializados.

Lanchas patrulleras, helicópteros y vehículos todo terreno, complementan la oferta pública que hizo el ‘oso’ ruso a su ‘hermano’ latinoamericano.

El hecho de que el país no esté en guerra contra nadie, y que la utilidad del equipo militar sea más bien limitada cuando de enfrentar al narcotráfico se trata, ha obligado a los ideólogos de este renacer a ser más creativos.

Así, Rusia solicitó a Nicaragua que permitiera a sus aviones estratégicos de largo alcance a usar su espacio aéreo y eventualmente su territorio, durante el patrullaje que esas aeronaves tenían previsto realizar en el Mar Caribe.

También, que Nicaragua ofrezca un permiso abierto a los barcos rusos para que puedan usar los puertos pinoleros sin tener que efectuar un largo trámite parlamentario, que podría requerir meses de negociación.

A cambio Rusia ha ofrecido a Nicaragua, en distintos momentos, cooperación en materia nuclear y de exploración espacial. Dos campos en los que ese país , que es el segundo más pobre del continente americano, solo superando a la devastada y destruida Haití, casi no tiene nada que ofrecer.

Los rusos también han tentado al estado nicaragüense ofreciéndole formación para sus agentes antidrogas, e inteligencia para combatir la narcoactividad, terreno en el que Nicaragua acumula mucha experiencia y grandes éxitos.

Trigo, autobuses y taxis a cambio de recibir 130 oficiales rusos

Desde 2013 Ortega ha enviado a la Asamblea Nacional tres solicitudes para permitir el ingreso de 130 oficiales rusos a territorio nacional “para participar en ejercicios de adiestramiento e intercambio de operaciones de ayuda humanitaria”. En todas las ocasiones, sus dóciles diputados aprobaron los decretos sin apenas discusión.

Moscú también mostró su antiguo papel de Estado paternalista cuando donó a su socio centroamericano cientos de autobuses y de autos de la marca Lada para ayudar a modernizar la flota vehicular del transporte urbano colectivo y la del servicio de taxis de la capital.

En vez de colocarlo entre sus usuarios a precios que estuvieran en correspondencia con la generosidad de la donación rusa, el gobierno de Daniel Ortega decidió venderlos a través de una cooperativa financiera afín al FSLN, y obligó a los nuevos dueños a efectuar los chequeos de rutina en los talleres del Grupo Albanisa, que es manejado directamente por la pareja presidencial y sus hijos.

En el pasado, Rusia también entregó donaciones de alimentos (trigo en especial), ante la preocupación de los productores del grano, temerosos de que una caída en los precios locales del producto les dejara en la quiebra, o les causara grandes pérdidas económicas.