Estudiantes de la Escuela Americana dejan legado solidario

Parte de la misión de la Escuela Americana es proporcionar una base sólida para la vida y formar a sus estudiantes como miembros responsables de la sociedad.

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Miembros de No Shave November compartieron con los niños durante su estadía en el centro médico. Foto/ Omar MartínezUno de los pasatiempos favoritos de Joel es colorear.

Por Omar Martínez educahoyreportajes@eldiariodehoy.com

2015-06-16 12:00:00

Un grupo de estudiantes de doceavo grado de la Escuela Americana (EA), fundadores de la sociedad (No Shave November), visitó el Centro Especializado en el Tratamiento del Cáncer Infantil de El Salvador con el objetivo de compartir momentos agradables y dibujar sonrisas en los niños, a quienes además les donaron juguetes y alimentos permitidos por el centro médico.

De esta manera es como los estudiantes forman diferentes sociedades y clubes con los que dejan su legado solidario a las promociones que les suceden.

Según la directora de servicio social de la Escuela Americana, Estelí de Mejía, la institución apoya iniciativas con las que los estudiantes muestran su deseo por ayudar a los demás, aspecto que armoniza con la filosofía de la escuela.

“Estamos agradecidos con estos jóvenes estudiantes que dejan una huella muy positiva, sabemos que el regalo más preciado es la vida y nos enorgullecemos de poder hacer algo por estos niños que lo necesitan”, indicó la directora.

La sociedad No Shave November, que en español se traduce como “No Rasurarse en Noviembre”, surgió como una iniciativa para crear conciencia social sobre los diferentes tipos de cáncer según aclaró Óscar, uno de los estudiantes fundadores.

Óscar manifestó además que después de graduarse seguirá luchando por ayudar a quienes lo necesitan y espera que sus iniciativas inspiren a las futuras promociones.

Ejemplo de lucha

Félix Cruz es originario Dolores, municipio del departamento de Cabañas, tiene 14 meses de estar viajando con Joel, su hijo de 9 años, a quien los médicos le detectaron un tumor canceroso.

Los 200 kilómetros que deben recorrer cada ocho días y la falta de recursos económicos no son obstáculo para don Félix, quien asegura que su hijo es una bendición y de ser necesario viajaría con él todos los días.

“Estoy agradecido por todo lo que han hecho por nosotros, ahora Joel puede volver a jugar fútbol, dibujar e ir a la escuela, pero sin la ayuda de los médicos y las instituciones que nos apoyan, no hubiese sido posible”, aseguró.

Joel es uno de los niños que reciben el apoyo incondicional de los jóvenes de la Escuela Americana, al respecto Cruz manifestó que, “nuestros hijos se distraen bastante jugando con ellos, nos hacen sentir como en casa, por ello estamos felices de que estén acá compartiendo con nosotros. En nombre de nuestros hijos les agradecemos mucho por su esfuerzo y la recompensa para ustedes será inmensa”, dijo.

Joel ha respondido de forma satisfactoria al tratamiento médico que ha recibido y en poco tiempo podrá continuar con su vida normal. “Es un milagro que llena de felicidad a toda mi familia y estaremos infinitamente agradecidos con todas estas personas que nos han ayudado”, finalizó el padre.