Reos con telefonía fija y dinero en sus cuentas

Autoridades dicen no tener mala experiencia con el proyecto que funciona en 19 penales

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Reos con telefonía fija y dinero en sus cuentas

Por nacional@eldiariodehoy.com

2015-06-20 8:00:00

Desde hace dos años los convictos en El Salvador tienen la oportunidad de hacer llamadas telefónicas por línea fija a sus familiares y además a que les depositen sumas de dinero a sus cuentas bancarias.

En todas las cárceles del país se han instalado teléfonos de línea fija para uso de los reos.

El proyecto inició en septiembre de 2013 durante la administración del expresidente Mauricio Funes. Arrancó en el penal de Jucuapa, en Usulután.

Las autoridades de turno manifestaron que el nuevo proyecto tenía como propósito controlar las comunicaciones desde los penales hacia el exterior.

Con la iniciativa, sostuvieron los impulsadores, procuraban desestimular el uso ilegal de teléfonos celulares y con ello frenar las extorsiones.

Pero al contrario de los buenos propósitos, el uso de celulares para extorsionar o amenazar a la población civil desde las prisiones ha continuado sin que sea controlado totalmente.

Con frecuencia las autoridades penitenciarias informan de hallazgos de abundantes celulares en diversas requisas a penales.

Recientemente, el Fiscal General, Luis Martínez, indignado por el constante hallazgo de celulares, televisores plasma, laptops y otros enseres considerados prohibidos en las prisiones, pidió la destitución del director general de Centros Penales, Rodil Hernández.

Además, las extorsiones desde la prisión se han mantenido anualmente, en promedio se registran 2 mil 500 casos de extorsiones, en su mayoría provenientes de dichos recintos.

De ahí que la telefonía fija autorizada para los reos no ha dado los resultados esperados. Entre tanto, Rodil Hernández aseguró que el sistema estaba siendo implementado en los 20 penales del país y que los resultados son favorables.

Para poder hacer las llamadas, los internos deben pedir un código SIPES (Sistema de información penitenciaria) que es de carácter estrictamente personal. Además deben pedir un PIN a la administración del centro penal, también personal e intransferible.

El SIPES puede ser utilizado por los reos, siempre y cuando una persona externa a la cárcel recargue el número, con lo que los internos no necesitan dinero en efectivo para hacer las llamadas.

“La telefonía fija es controlada a través de un sistema, porque se sabe a qué número marcan, con quienes se comunican, la duración de las llamadas y cuándo se realizaron, todo queda en una bitácora”, explicó Hernández.

“La información que queda registrada puede estar disponible para cualquier investigación a futuro que se requiera”, afirmó el director.

“Es un sistema de teléfono totalmente controlado, distinto al que existía antes, pero que era pública”, subrayó.

Como requisito para hacer uso de una llamada telefónica, el reo antes debe solicitarla a la administración del penal, informar del número al que va a llamar, el nombre de la persona con quien se va a comunicar y el tiempo de duración, según el director.

Hernández manifestó que a la fecha no tienen queja de las comunicaciones a través de la telefonía fija que opera desde los penales. Al habilitar las llamadas de telefonía fija, las autoridades aseguraron “que buscan reconocer los derechos de los internos”. El sistema consiste en circuitos de teléfonos inteligentes para evitar que sean vulnerados.

Depósito de dinero

Además de llamadas, los reos pueden contar con una cuenta con la cual pueden recibir depósitos de sus familiares. Estas cuentas son administradas por la Dirección General de Centros Penales (DGCP).

Los recursos pueden ser consumidos por el interno en las tiendas de conveniencia que se encuentran en el interior de los penales.

Con ese dinero pueden adquirir alimentos, artículos de uso personal como jabones para lavar, bañarse, champú, desodorantes, pastas dentales, papel higiénico, prendas de vestir, golosinas y refrescos, entre otros.

Una señora que visitaba a uno de los reos dijo que por lo general le depositaba a su pariente en prisión de 25 a 50 dólares de tres a cuatro veces por mes.