SAN MIGUEL. En 2011 la comuna migueleña emprendió la lucha para construir un nuevo rastro municipal, ante la advertencia del Ministerio de Salud de que el matadero no cumplía con los requisitos de salubridad necesarias para seguir operando en las inmediaciones de la ciudad.
Cuatro años después la situación no ha cambiado, pues el viejo e insalubre rastro siguen manteniéndose como el sitio oficial para los destazadores migueleños.
El proyecto sigue estancado, a pesar de que la comuna ya cuenta desde hace varios años con los permisos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn) para poder construir el edificio; además cuentan con el financiamiento para la obra.
La inversión para la edificación del rastro podría rondar los 700 mil dólares, y no los 900 mil, como se manejó hace algunos años, en la pasada administración municipal.
El Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL) ha dispuesto para ese proyecto medio millón de dólares, mientras que la comuna pondrá una contrapartida de 200 mil.
Miguel Pereira, alcalde de la localidad, justificó el estancamiento del proyecto y aseguro que “hay una carpeta técnica del proyecto a la cual el FISDL ha hecho observaciones y estamos en la corrección de esas observaciones en este momento”.
Añadió que, una vez corregidas, la documentación será presentada nuevamente a la institución para que el proyecto sea aprobado y comiencen las labores.
Pereira dijo que las observaciones del proyecto son meramente de diseño, sin dar detalles.
El edil expuso que por ahora no puede detallar cuándo comenzarán las labores de construcción, pues será el FISDL el que debe verificar las observaciones y si son superadas de una sola vez, podrían concretarse este año.
Por el momento, los permisos que Medio Ambiente otorgó a la comuna son para que el matadero sea construido en un terreno con una extensión de 15 manzanas, ubicado en la carretera que lleva de San Miguel al municipio de Uluazapa.
“En principio tenemos pensado mantener la construcción en el mismo terreno, a menos que encontremos un cooperante que nos inyecte más recurso y podamos hacerlo más grande y en otro terreno”, declaró el edil.
Buscar otro terreno podría significar la solicitud de nuevos permisos para la obra.
El viejo rastro sigue atendiendo el destace en San Miguel.
Según Pereira, han realizado algunos cambios para mejorar el servicio, entre ellos que el dueño de la res pueda ver cuando destazan, para mayor control.