Pacientes del Rosales con cáncer temen por sus vidas

Ayer ingresaron al Rosales 800 tabletas prestadas del ISSS, pero solo cubren un día

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Decenas de pacientes con leucemia siguen abogando por su tratamiento. Foto EDH / OMAR CARBONERO

Por Yamileth Cáceres servicios@eldiariodehoy.com

2015-06-11 8:00:00

El desabastecimiento de Glivec en el hospital nacional Rosales, un medicamento indicado para tratar la leucemia mieloide crónica y otro tipo de cáncer, tiene preocupada a Amanda Osorio, una señora de 57 años.

En mayo cumplió cuatro años de estar en tratamiento con el fármaco, eso le permitió recuperarse y mantenerse con vida, pero las pastillas que le dieron hace 15 días ya se le agotaron y en el hospital no hay desde hace unos diez días aproximadamente.

“Mi preocupación es mi salud, queremos vivir otros días más, tenemos familia y no queremos dejarla, esa es la preocupación mía de no tener el medicamento”, comentó la señora procedente de Atiquizaya, Ahuachapán.

Osorio explicó que fue diagnosticada con leucemia el 8 de mayo de 201; una noticia difícil de asimilar, pero con el Glivec aumentó de peso y logró controlar la enfermedad.

“El problema que estamos viviendo es que no hay del medicamento que nosotros recibimos para la enfermedad, tenemos meses de estar con poquito que nos ha ido cubriendo y ahora que ya no hay”, expresó la señora.

Ella se refiere que en los últimos meses, para poder darles el fármaco a los 166 pacientes, en lugar de darles para un mes, se les estuvo suministrando para 15 días.

El Glivec es un fármaco donado por una compañía farmacéutica a los pacientes del Rosales, el problema es que para poder ingresar al país les exigen pagar impuestos y el Ministerio de Salud (Minsal) hasta ayer no lo había hecho, según dijeron los afectados.

Mientras que la nieta de Marta Saravia, Isabela Ramírez, manifestó que está angustiada porque la salud de la señora ha desmejorado desde que le cambiaron las medicinas debido a la escasez del Glivec.

“Mi preocupación es que se me vaya a quedar un día porque se me ha puesto bien mal”, dijo Isabela.

Marta, una señora de 73 años, está en tratamiento con Glivec desde noviembre del año pasado, luego de pasar un proceso para ser beneficiaria del programa, pero en febrero le cambiaron el tratamiento.

“Mi abuela tiene derecho a recibir el medicamento, estamos aquí para hacer esa marcha, si el medicamento es donado, no tiene por qué estar pagando IVA en la Aduana”, agregó la joven.

Un grupo de afectados marchó ayer hasta la Asamblea Legislativa para solicitar se exonere del IVA a los medicamentos donados para evitar que sus vidas vuelvan a estar en riesgo dado que el tratamiento depende de un donativo.

La semana pasada marcharon hasta el Ministerio de Salud (Minsal) para buscar una solución a la falta de los fármacos.

Ese mismo día, el 3 de junio, mediante la cuenta en Twitter, el Minsal aseguró que el Glivec ya estaba en el país. “El Minsal informa que medicamentos para atención de la leucemia están en el país y están en proceso de distribución”.

Sin embargo, hasta ayer por la mañana los fármacos procedentes de Panamá seguían sin llegar.

Timoteo Arias, uno de los representantes de los pacientes, dijo que el laboratorio requiere la carta de exoneración de los impuestos para enviarlo, pero hasta ayer el Minsal no los había cancelado. “El riesgo que nosotros tenemos como pacientes es que muchos vamos a empezar a recaer y la situación va a ser más difícil para cada uno de nosotros” agregó Arias.

Con medicina prestada

La ministra de Salud, Violeta Menjívar, dijo ayer que gestionaron una cantidad de Glivec para entregarles a los pacientes mientras llegan los fármacos procedentes de Panamá.

Personal del hospital informó que ayer ingresaron 800 tabletas prestadas del Seguro Social, pero esas alcanzan solo para un día. “Ya se hicieron las recetas y corresponden ocho tabletas a cada paciente, es decir que ahora mismo se acabará”, comentó un empleado.

La ministra expresó ayer que el producto ya está en camino para el país y aceleran el proceso para que ingrese.

“Hemos hecho unas gestiones mientras viene la medicina procedente de Panamá y pronto vamos a tener una solución a esta disputa, que tengan confianza, son nuestros pacientes”, acotó la funcionaria.

Héctor Valencia, jefe del Servicio de Hematooncología del Rosales, expuso que lo importante es que se les despache el producto a los usuarios.

Agregó que hay una tercera parte del grupo que tiene una cantidad no tan grande de la enfermedad, pero en tres o cuatro semanas sin medicina comenzarán a recaer y hay otro grupo al borde del precipicio, es decir, que la medicina les está deteniendo la enfermedad, estos dos grupos son los de mayor preocupación.