Una obra inspirada en el amor y la entrega de Monseñor Romero

La obra está expuesta como homenaje al futuro beato y para que pueda ser apreciada.

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La pintura está ubicada en la conocida torre Telefónica, frente a la Plaza Salvador del Mundo, donde se realizará la beatificación. Foto EDH / Leonardo González

Por Violeta Rivas comunidades@eldiariodehoy.com

2015-05-21 8:00:00

Josué Villalta, arquitecto de profesión, es el autor de la obra titulada “San Romero de América”, la cual ha sido expuesta en sus 10 años de existencia en diferentes eventos importantes en el país y el extranjero.

Durante estos años, la obra han tenido varias restauraciones, la cual mide 20 metros de alto por 15 de ancho, elaborada en lona cruda y acrílico.

Villalta explicó que realizó este trabajo inspirado en la admiración que siente por Monseñor Romero, admiración que comparte con sus padres, quienes le inculcaron la gratitud hacia el futuro beato.

La obra tiene varios significados. En una de las esquinas se encuentra una niña que significa la pureza del pueblo; y el niño jugando con la cruz es la confianza que Monseñor Romero inspiraba. La anciana es la representación del pueblo pobre que quiere y protege a Monseñor Romero, la joven representa a toda la juventud y el joven orando significa la felicidad.

Fueron tres meses y medio el tiempo de trabajo para la realización de esta pintura que tiene como elemento importante para el autor la sonrisa de Monseñor Romero, que en pocas ocasiones pudieron plasmar en fotografías.

La primera presentación de la pintura fue para la conmemoración del 25 aniversario del martirio de Romero y estuvo colocada en el Palacio Nacional en San Salvador.

Uno de los acontecimientos importantes donde se ha exhibido la obra fue durante la Jornada Mundial de la Juventud realizada en Río de Janeiro, en 2013, y fue colocada en la favela de la comunidad de Varginha.

Para la creación de la pintura, Josué Villalta tomó como inspiración una imagen que aparece en el libro “Piezas para un retrato” de María López Vigil, la que fusionó con elementos de una fotografía de Fray Octavio Durán.

Monseñor Ricardo Urioste, presidente de la Fundación Monseñor Romero, gran amigo de Villalta, fue también quien lo impulsó a crear esta obra de gran magnitud.

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