La sonrisa y su buen ánimo son las principales características de ella y, aunque su andar es más lento, su espíritu de servicio crece a diario.
“Los felicito jóvenes”, les dijo a los graduados y se fundió en un abrazo con ellos. Y es que así es Anabel Tinoco de Meza muy cercana a los más necesitados.
Su obra la inició hace más de 15 años en el Valle de San Andrés, en La Libertad. “Mi amor por los caballos me hizo llegar al terreno que mi madre tenía. Poco a poco fui conociendo de primera mano la necesidad de la gente y no podía quedarme de brazos cruzados y decidí ayudar”, contó.
Tinoco de Meza es conocida en su ambiente como “mamá Noni”, a raíz del liderazgo que ha dado al desarrollo de esa planta a la que se le reconocen propiedades medicinales y nutritivas. Además ha sido impulsora del deporte Ecuestre y del desarrollo productivo en la zona del Valle de San Andrés.
La altruista reconoce que el motor que impulsa su labor es Dios, su familia, los miles de beneficiados y los donantes.
Su hija Anabel Meza aseguró que su madre es una “mujer inigualable, es una mujer imparable y siempre está dispuesta a ayudar a los demás. Es un ser maravilloso”, comentó.
Mamá Noni tiene más planes a futuro y en todos está su amada gente del Valle, donde ha fundado una escuela de fútbol, apoya la educación, la equinoterapia y otras obras que han contribuido al progreso de la comunidad.
“Ellos (beneficiados) me dan vida para seguir trabajando por sus futuros, porque sé que así podemos cambiar el país con la educación y el deporte”, concluyó.