Los templos católicos recibieron ayer a miles de feligreses para celebrar con una solemne misa la resurrección de Jesús e iniciar la Pascua.
Los capitalinos no se quedaron atrás y llenaron la Catedral Metropolitana con júbilo.
A las 8:00 de la mañana el templo lucía abarrotado, muchos vestían con indumentarias blancas, “es que es para mostrar la emoción y el gozo de que Jesús cambió sus vestiduras, el blanco es de pureza, solemnidad y alegría”, comentó Saúl Robles.
La misa inició con el acto conocido como “aspersión”, en el que el Arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, recorrió los pasillos del templo para bendecir a los presentes con agua bendita. Algunos hasta llevaron botellas con agua para conservarla y llevarla a sus hogares.
El arzobispo hizo hincapié en la importancia de la celebración, la que catalogó como “el festejo más grande del año: el día de la resurrección”.
A su vez cuestionó a los feligreses y les dijo ¿qué significa para ustedes la resurrección”. Algunos meditaron su respuesta, otros esperaron que Escobar Alas los guiara con sus consejos.
“Para mi es la base de nosotros como católicos y a la vez una oportunidad de renovación”, respondió Hugo Flores, creyente católico.
El religioso explicó que es el triunfo sobre la muerte, lo que compromete a los católicos a seguir los pasos de Jesús y cambiar la realidad del país.
A las 9:30 a.m. culminó la misa y los fieles se marcharon con la alegría de la resurrección de Jesucristo y con la promesa de “ser un agente positivo” en sus familias y en las comunidades donde residen.