El Fiscal General, Luis Martínez, cuestionó que aún no lleven a los cabecillas de maras al Penal de Máxima Seguridad y consideró insuficientes las medidas de seguridad que el Gobierno dio a conocer el miércoles en Casa Presidencial, para proteger a los policías, soldados, fiscales y jueces que están siendo blanco de la delincuencia.
“Reformar leyes solo con el fin de anunciar que el que mate a un policía, un fiscal o un juez va a ir al penal de máxima seguridad, no es proteger a los buenos”, criticó Martínez.
En este sentido, el Fiscal General se preguntó: “¿De qué sirve que el criminal vaya a Zacatraz si ya ha cometido el hecho delictivo? ¿Y eso es proteger a policías, eso es proteger a jueces, proteger a periodistas, a niños, proteger a la gente trabajadora?”.
Los salvadoreños deben ser protegidos en vida, no cuando estén muertos, enfatizó.
El miércoles, el Gobierno anunció una serie de medidas, como penas mayores contra quienes asesinen a los agentes policiales, fiscales, jueces e integrantes de la Fuerza Armada.
Pero Martínez ha estado cuestionando que los cabecillas de las maras no estén el Penal de Máxima Seguridad, sino en presidios comunes, desde donde dirigen el crimen en las calles.
Para su pronta aprobación y su inmediata aplicación, más tarde las autoridades acudieron al pleno legislativo.
Sin embargo, la solicitud de reforma tuvo su primer obstáculo en el trámite, pues la misma no contó con la opinión previa del Fiscal General como parte de los requisitos fundamentales exigidos por los diputados.
El fiscal Martínez afirmó que por lo menos se tomará ocho días para analizar el anteproyecto de las autoridades de Justicia, para luego dar su punto de vista.
Por su parte, el ministro de Justicia, Benito Lara, calificó de “morbosos” a los medios de comunicación que publicaron las declaraciones del Fiscal General, que cuestionaba que no se efectuara el traslado de los cabecillas al centro de máxima seguridad como había sido anunciado.
Lara aseguró que ayer si devolvieron a Zacatraz a reos peligrosos que permanecían en recintos comunes como parte de los beneficios de la tregua entre pandillas.
Las autoridades de Justicia han atribuido el retraso de los reos a Zacatraz por falta de seguridad. Tampoco han querido identificar a los cabecillas por trasladar.
En ese sentido, el Fiscal dijo que las autoridades de Justicia deben dar la cara para decir qué está pasando, qué se ha hecho y qué no. Además, identificar con nombres y apellidos a los cabecillas trasladados, pues esconder los nombres es incorrecto.
Afirmó también que no se puede apelar a la seguridad como argumento para justificar el no traslado de los reos peligrosos, porque “yo no creo que le estén dando seguridad a las maras en vez de dársela a la gente honrada”.
Para el Fiscal, son indecisiones, falta de valentía y visión de poder tomar las acciones que la gente exige.
El tema en discusión, afirmó Martínez, es haberles permitido a los criminales de carrera ser terroristas y haberles dado todas las concesiones para que se fortalecieran.
Debido a esas concesiones, el país ahora se ve en un “incremento doloroso de inseguridad”.
“El terrorismo que ejercen las pandillas no se combate con la negociación con ellos, sino con el ejercicio de la autoridad, se combate con mucha determinación, con un respaldo muy grande de la opinión pública y la cooperación internacional”, puntualizó Martínez.
Estas declaraciones fueron brindadas por el Fiscal General en el marco de la reunión que sostuvo con el equipo asesor estadounidense del exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, que se encuentra en el país realizando una consultoría sobre las violencia que agobia al país a petición de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP).
El director ejecutivo de la ANEP, Arnoldo Jiménez, respaldó los fuertes cuestionamientos del Fiscal frente a las acciones de los cabecillas criminales y la forma en que deben ser tratados por las autoridades. “El equipo de Guiliani es muy experimentado, el cual ha generado pláticas de policía a policía, de fiscal a fiscal, ambos comparten esa misión de querer combatir el crimen, y ese es el sentimiento que tienen todos nuestros policías en su corazón”, expuso.