Faltan voluntarios en Centros Alcance

El proyecto de USAID y alcaldía de La Unión tiene como una de sus fortalezas el voluntariado de parte de los miembros de la comunidad

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La imagen fue captada en noviembre pasado cuando el Centro de Alcance de La Esperanza fue cerrado ante los compromisos del encargado fuera de las instalaciones. Fotos EDH / insy MendozaEn los Centros de Alcance se realizan diferentes actividades de recreación para los niños y jóvenes.

Por Insy Mendoza Comunidades@eldiariodehoy.com

2014-12-25 8:00:00

LA UNIÓN. Las comunidades en donde funcionan los Centros de Alcance (CDA) por Mi Barrio, proyecto que ejecutan la municipalidad de La Unión con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), lamentan que el plan, que nació para alejar a los jóvenes de grupos delictivos mediante talleres vocacionales o deporte, cuente con pocos voluntarios que son el soporte del proyecto.

El entendimiento entre comuna y USAID se enfoca en el marco del plan para la Prevención del Delito y la Violencia.

Las zonas que mayor ausencia de voluntarios presenta son la colonia Esperanza y sector La Playa, del barrio San Carlos, en el casco urbano.

Aunque además de ellos hay cinco centros en Coyolito, Agua Escondida, Condadillo y los barrios Las Flores y El Centro.

El Centro de Alcance de la colonia Esperanza, a inicios de diciembre, pasó tres días cerrado porque la coordinadora del local estaba en San Salvador en una reunión de trabajo y no había voluntarios de la comunidad que se quedaran pendientes para seguir con sus funciones normales.

Vecinos como José García confirmaron que fueron tres días que estuvo cerrado el centro y que “la única persona que tiene un salario es el encargado y no había quién se quedará pendiente de los niños y jóvenes porque todos tienen que trabajar; es poca la gente de la comunidad que llega a colaborar porque todos andan en la rebusca para sobrevivir”.

García dijo que las instituciones encargadas del proyecto de prevención deberían buscar la forma de darles un incentivo a la gente que les colabora.

“Hay personas que no tienen un trabajo y deben salir a buscarlo, y si llegan al Centro de Alcance a colaborar, lo hará quizás un día y después no regresa porque necesita ganar”.

Santos Bonilla es un joven de la comunidad La Esperanza y aseguró que “el proyecto está interesante porque es para alejar a los niños y jóvenes de andar en cosas malas, pero así como esta la situación económica es poca la gente que llega a colaborar con el voluntariado”.

En el caso del barrio San Carlos, la mayoría de las familias se dedica a trabajos de pesca artesanal, ahí también funciona un Centro de Alcance que igual presenta dificultades con poco voluntariado.

Cuando el coordinador del local sale, los que se quedan encargados son la presidenta de la comunidad, Liliana de Ascencio; y su esposo, Julio César Ascencio.

El alcalde, Ezequiel Milla, dijo que las reglas en el proyecto fueron claras y las puso USAID porque es el máximo donante del proyecto.

Explicó que buscarán el apoyo de los institutos y universidades para que les asignen a los jóvenes que están por graduarse y que requieren hacer horas sociales para que las hagan en esos centros de enseñanza.

Agregó que los primeros seis meses USAID está absorbiendo el salario de los coordinadores de los Centros y después será asumido por la alcaldía unionense.

Harold Sibaja, director del proyecto de USAID, dijo que los Centros son un modelo comunitario de prevención, que al abrirse se convierten en el epicentro de muchas actividades positivas.