1. “Al establo me fueron a convencer”

Muchos que se atrevieron a emprender sus propios negocios o empresas han sido objeto de embargos porque sus proyectos no resultaron ser rentables a corto plazo y fracasaron

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1. "Al establo me fueron a convencer"

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2014-12-18 8:00:00

Luis, nombre cambiado, es un ganadero chalateco que hace un par de meses comenzó a caer en mora con Bandesal, pues asegura que ya no alcanza a cubrir la cuota de casi dos mil dólares que comenzó a pagar este año. Su temor es que si ahora que paga esa cantidad no logra reunir ese dinero, el próximo año su situación se agravará, pues la cuota que tendrá que pagar será de tres mil 500 dólares.

Luis obtuvo un crédito de casi 200 mil dólares para comprar vacas lecheras y construir una planta procesadora de lácteos. No obstante, a tres años de que la planta estaba lista para operar, nunca logró obtener el número de registro sanitario, esencial para hacer negocios con cadenas de restaurantes o supermercados, quienes pagan bien y al día, según Luis.

A falta de poder fabricar sus lácteos, el ganadero ha tenido que vender su producción de leche al programa gubernamental Vaso de Leche. Pero a pesar de eso, no logra cubrir los gastos de operación ha tenido que recurrir a vender sus vacas a tal grado de que ahora ya solo tiene la mitad de su hato.

Luis asegura que ha buscado ayuda en el gobierno ante la inminencia de caer en situación de embargo, pero Bandesal, que maneja los créditos Fidenorte, le ha dicho que no puede refinanciar el crédito. La opción que le han dado es pasar la deuda con el Banco de Fomento Agropecuario, pero el interés que este banco le cobraría está tres puntos arriba del que paga actualmente. Con evidente amargura, Luis recuerda que allá por 2010, hasta su establo llegaron a convencerlo de que tomara el crédito. “Hoy nos han dado la espalda”, dice.