Jorge, el último paciente trasplantado, “ahora se siente libre”

El trasplante de riñón hizo que la vida del joven cambiara

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Jorge Zelada junto a su madre en uno de sus chequeos tras la cirugía en la que recibió un nuevo riñón.

Por Yamileth Cáceres servicios@eldiariodehoy.com

2014-12-06 7:00:00

La próxima meta de Jorge Zelada, un joven que lidió desde su niñez con la insuficiencia renal, es encontrar trabajo.

Ahora que tiene un nuevo riñón donado por su madre, Blanca Sandoval ya no desea quedarse en casa.

Por años se la pasó atado, en un primer momento, a una máquina a través de la cual le limpiaban los tóxicos del cuerpo, una vez por semana en el hospital Bloom, y luego en su vivienda. El procedimiento se lo hacía cuatro veces al día.

“Ahora anda buscando trabajo, todos los días sale a la calle a ver qué halla, anda metiendo papeles por todos lados”, comentó la madre.

Jorge fue diagnosticado con insuficiencia renal al año y medio de edad, pero el tratamiento sustitutivo lo empezó a sus 15 años en el hospital Bloom.

El 22 de mayo de 2013 fue trasplantado, tras más de dos años de esperar por el procedimiento; la cirugía se canceló en varias ocasiones.

Blanca narró, con alegría, que fue una suerte que su hijo fuera operado; las dos jóvenes que junto a él habían completado el proceso no pudieron ser trasplantados en el Bloom. Una de ellas ya murió.

Jorge es el último de los pacientes del Bloom en recibir un nuevo riñón. El programa está parado.

El joven ahora ayuda a su padre en el trabajo de la estructura metálica, antes no podría hacerlo, permanecía débil, con la presión elevada y con anemia.

“Lamentablemente por el problema que tuvo, la diálisis lo dejaban bien mal, él ya no siguió sus estudios, ahora a la edad que tiene le digo que siga estudiando, pero dice que no, que quiere trabajar”, acotó Sandoval.

Jorge tuvo que abandonar sus estudios de séptimo grado.

Blanca, la mujer que le dio la vida a Jorge, y cuando él tuvo 19 años le regaló un riñón, dice que su hijo ahora tiene una vida normal.

“Es que la diálisis es matadora, la diálisis los termina aunque con la diálisis ambulatoria él mejoró un poquito, pero no es lo mismo tener una vida normal a estar con una cosa en su estómago, poniéndose un tratamiento cada cuatro o cinco horas, ya de eso él se siente libre”, acotó Sandoval.