Desde el 8 de octubre pasado, uno de los armeros con más experiencia dentro de la Policía Nacional Civil (PNC), José Rosa Ramírez Muñoz, de 45 años, desapareció de forma misteriosa sin que hasta el momento se sepa algo de su paradero.
Desapareció de manera aún no esclarecida, aparentemente después de que salió de trabajar en la División de Armas y Explosivos de la Policía.
La investigación que hace la Policía no ha avanzado mucho, explicaron familiares y agentes de la Policía.
El caso ha sido manejado con mucho hermetismo por parte de las autoridades policiales hasta llegar a ordenar que no se divulgara información sobre el hecho, bajo el argumento de que podría afectar la investigación.
La hipótesis más fuerte que manejan las autoridades policiales es que fue plagiado por pandilleros de la mara Salvatrucha (MS) que operan en el proyecto Santa Teresa, al norponiente de San Martín.
El armero Ramírez Muñoz es uno de los 1,423 casos de desaparecidos, hasta noviembre pasado, según los registros de la Policía proporcionados a El Diario de Hoy a través de la Unidad de Acceso a la Información Pública.
Los registros de desaparecidos que maneja la corporación policial refleja un considerable aumento con respecto a las cifras del año pasado, que superaba los 1,200 casos de extraviados.
Fuentes policiales explicaron que más del 50 % de los desaparecidos rondaba entre los 13 y 35 años de edad. Un buen porcentaje de extraviados, aparentemente, tenía algún vínculo con pandillas o reside en zonas asediadas por esos grupos delictivos.
El informe de la Oficina de Acceso a la Información de la Policía detalla que se recibieron las denuncias de las familias de 1,943 personas que habían desaparecido en circunstancias no esclarecidas entre enero y noviembre de este año.
El reporte policial detalla que 434 fueron localizadas con vida en distintas circunstancias y a 86 las hallaron asesinadas.
Señala que 1,423 personas todavía se encuentran desaparecidas y las autoridades policiales no tienen ni los mínimos indicios de sus paraderos. Esto último hace sospechar que podrían estar enterrados en alguno de los cementerios clandestinos que las pandillas ocupan para sepultar a sus víctimas y así borrar los rastros de esos crímenes con la intención de desviar las investigaciones, según fuentes policiales.
Una de las prácticas ilegales que han adoptado las pandillas es plagiar a sus víctimas para asesinarlas y luego enterrar sus cadáveres para obstaculizar las indagaciones de los paraderos de centenares de personas extraviadas.
En el informe policial se detalla que la mayoría de los desaparecimientos se ha registrado en el departamento de San Salvador con 603 casos, seguido de La Libertad con 267 extraviados; Santa Ana donde hubo 189 reportes de desaparecidos; Cuscatlán con 172, Sonsonate registra 153 hechos y La Paz 119 casos.
Además, refiere que la mayoría de casos de desaparecidos se ha dado en los municipios de San Salvador, Santa Ana, San Miguel, San Martín, Apopa, Cojutepeque, Colón, Ilopango, Izalco, Soyapango, Usulután y Zacatecoluca.
San Salvador (208 desaparecidos) y Santa Ana (133 extraviados) son las únicas ciudades que registran más de un centenar de casos de desaparecidos.
Curiosamente, los municipios con el mayor número de casos de personas extraviadas también figuran en la lista de los 20 municipios más violentos o con mayor número de homicidios.
De las 86 personas que fueron encontradas asesinadas, la mayor parte corresponde al departamento de La Libertad (17 hallazgos), San Salvador (14 cuerpos), Cuscatlán y Usulután (8 cuerpos recuperados), La Paz (7); Santa Ana y Sonsonate (6).
Entre las circunstancias en las que han encontrado a las otra 434 personas, se detallan el haberse acompañado, que se fue hacia otro país, estaba con amigos o regresó por si mismo a la casa. Además, 262 personas fueron localizadas en situaciones no detalladas.
Un estudio denominado La Situación de Seguridad y Justicia 2009 y 2014 , divulgado recientemente por el Instituto de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), advirtió de que la proliferación de prácticas de enterramiento y ocultamiento de los cadáveres en los últimos años, por parte de las pandillas, expresado en el aumento de fosas y cementerios clandestinos, dificulta cada vez más la localización de los cuerpos, la identificación de la víctima y enmascara la realidad delincuencial.
El mismo informe señaló que la cifra de extraviados durante el primer semestre del año reflejaba un alza del 161 % respecto al 2013.