El empresario salvadoreño y presidente de la Fundación Rafael Meza Ayau participó en el Foro del BID, como parte de la delegación empresarial invitada a esa cita. El empresario ofreció sus consideraciones sobre los resultados del encuentro de los presidentes del Triángulo Norte de Centroamérica, con el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.
¿Qué puntos pueden destacarse de este encuentro multisectorial en Washington, con miras a ver la prosperidad de la micro región del Triángulo Norte de Centroamérica?
Ha sido una reunión muy positiva, al haber un compromiso manifiesto de parte del señor vicepresidente de los Estados Unidos y de los tres presidentes de El Salvador, Guatemala y Honduras, así como de la Secretaría de Comercio del gobierno de Estados Unidos, también. Al haber invitado a esta reunión, a empresarios, es porque hay un entendimiento que, trabajando juntos entre el sector privado y Gobierno, es como los problemas más apremiantes de la región se resuelven. Para los estadounidenses esta reunión es importante también porque tienen en la mira el tema migratorio. Mientras no hayan soluciones a los problemas de fondo que tienen nuestros países, la migración va a continuar.
¿Cómo se vio la presentación de los tres presidentes en el foro. Era lo esperado para esta plataforma anunciada con tanto entusiasmo?
Me agradó, de algún modo, lo bien informados que están los presidentes. Obviamente, este plan se hizo con el trabajo y equipo de funcionarios técnicos de los gobiernos. También están conscientes de que el problema migratorio es un tema que le interesa muchísimo a Estados Unidos, entonces se abre una posibilidad de resolver tanto el tema migratorio y los problemas de desarrollo en nuestros países.
¿Qué aspectos cree que deberán reforzarse en ese plan, tanto en la parte política como lo concerniente al desarrollo?
Lo que falta, obviamente, son las cosas fundamentales para ser competitivos y productivos, por ejemplo: energía eléctrica barata, mejor interconexión entre los países, eso significa un sistema de aduanas de los países en donde puedan fluir nuestros productos sin trabas, sin atrasos ni trabas en la fronteras, un capital social humano de primera calidad. En promedio, nuestras poblaciones llegan a tener ocho años de educación, lo que significa que la mayoría de ellos no tienen, ni siquiera, el bachillerato, mucho menos universidad. Para competir en la economía globalizada se necesita tener un mayor grado de educación.
¿Usted comparte el punto de otro dirigente empresarial del país que señalaba que un gran problema para El Salvador es que cada gobierno cambia las reglas del juego?
Sí, hay un problema de continuidad y de seguridad, tema que se le ha dado mucha importancia por parte de los tres gobiernos, que es casi un prerequisito. Si no se resuelve el problema de seguridad en estos países, no hay posibilidades de atraer inversión extranjera, de generar empleo y de lograr mayores niveles de prosperidad.
¿Cuál cree usted que es el rol de la gran empresa en este contexto?
Nuestro trabajo tiene que ser en varias direcciones, verticalmente tenemos que trabajar con los gobiernos de nuestros países, con la pequeña y mediana empresa, pero también, en la línea horizontal, tenemos que aprender a trabajar en conjunto con los empresarios de Honduras y Guatemala. Esta reunión, creo yo, por primera vez logrará que, con cierta periodicidad, se reúnan los tres presidentes del Triángulo del Norte con sus gabinetes, pero también con los empresarios de los tres países, para tener un lenguaje común y una visión común de la solución de los problemas.
¿Sobre esa plataforma que se habla, en cuánto tiempo se podrían prever resultados?
Creo que mucho dependerá del entorno político y del ambiente político de los Estados Unidos, qué va pasar con la migración aquí, como actuará el nuevo Congreso que tendrá una dirección diferente que el anterior, y aún en nuestra región, tenemos que ver con qué entusiasmo, con qué dinamismo se comprometen los gobiernos de nuestros países ha trabajar en forma conjunta.