El sacerdote español Antonio Rodríguez López Tercero, conocido como “padre Toño”, llegó la mañana de ayer al Aeropuerto Adolfo Suárez, de Madrid-Barajas, en donde fue recibido por sus familiares, amigos y medios de comunicación.
“Mi único pecado en El Salvador es que empecé a trabajar con la gente sin derechos”, dijo el sacerdote a su llegada.
“Voy a estudiar, leer y estar con mi familia y amigos en Daimiel”, agregó el padre Toño al medio de comunicación Telediarios de TVE.
Luego de que el sacerdote fuese acusado de vinculaciones con Carlos Mojica Lechuga, alias Viejo Lin, Carlos Rivas Barahona, alias Chino Tres Colas, ambos cabecillas de la pandilla 18, entre otros pandilleros.
Y que además confesara el haber introducido teléfonos celulares y otros ilícitos a dos penales del país, autoridades salvadoreñas le dictaron dos años y medio de prisión.
Sin embargo, dado que la pena fue menor a los tres años, recuperó la libertad el mismo día de la sentencia, el 3 de septiembre pasado.
Además se le dictaron dos años de trabajo comunitario y se le prohibió relacionarse con pandilleros y el ingreso a cualquier centro penal de El Salvador. El juez le concedió también libertad migratoria, lo que le permitió abandonar el país y regresar a España.
El sacerdote ha dicho que permanecerá en su país durante dos años, aunque no ha confirmado si luego regresará a El Salvador.
El Arzobispo de San Salvador, monseñor José Luis Escobar Alas, expresó ayer su satisfacción ante la libertad del cura español y el regreso de este a su país.
“Queríamos que él estuviera libre literalmente y ahora ya se dio ¡bendito sea Dios! Siempre pedimos un trato benevolente y con el respeto de la ley”, expresó el arzobispo.
El padre Toño fue capturado el 30 de julio junto a 37 pandilleros más, y estuvo detenido en las bartolinas de la División Antinarcóticos (Dan), de la Policía Nacional Civil (PNC), desde el pasado 29 de julio.