Escuelas públicas pierden el 35 % de los días de clase

b En las escuelas públicas se deja de dar clases por motivos muy variados, entre ellos permisos, capacitaciones, entrega del paquete escolar, festejos y otros

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La ausencia de docentes y alumnos, en tiempo que debería dedicarse a clase, es una constante en centros del sistema educativo público.

Por Susana Joma nacional@eldiariodehoy.com

2014-08-05 10:00:00

Los maestros y estudiantes de los centros educativos públicos, hoy en día, atienden menos de los 200 días de clase que establece el artículo 107 de la Ley General de Educación que se encuentra en vigencia desde 1996.

Los dirigentes de algunos gremios de profesores como Simeduco y Bases Magisteriales, así como directores de centros escolares, reconocieron que hay una pérdida sustancial de tiempo de trabajo en las aulas, y que eso se ha vuelto recurrente en los últimos cinco años.

Francisco Zelada, secretario general del Simeduco, estimó que unos 130 días podrían ser destinados a clases efectivas en las escuelas, pero unos 70 días dejan de cubrirse.

“Estamos preocupados por eso”, aseguró Zelada, sobre una situación que a su criterio repercute en el hecho de que no se concluyen los programas de estudio, no se imparten todos los contenidos, y no se desarrollan todas las unidades didácticas. Se suma la falta de recursos didácticos para el aprendizaje.

En los cálculos de su colega Manuel Molina, quien es director del Centro Escolar Cantón San Francisco, ubicado en San Pedro Perulapán, Cuscatlán, la cifra de días en que se cubren clases en las aulas ronda los 160.

Según el investigador educativo, Oscar Picardo Joao, este problema ya había sido advertido hace unos cinco años por el pedagogo, economista y profesor de Harvard Ernesto Schiefelbein, quien en el marco de la creación del Plan Nacional Educativo 2021 realizó un estudio de campo en las instituciones educativas públicas salvadoreñas.

“En algunos casos (recibían) 60 u 80 días (efectivos de clase). En algunos casos 110, 120 días”, citó Picardo en alusión al estudio de Schiefelbein.

Pero ¿qué hay detrás de tanta pérdida de clases?

Un reciente informe del Banco Mundial titulado “Profesores excelentes: cómo mejorar el Aprendizaje de los alumnos en América Latina y el Caribe”, señala que el ausentismo docente es una de las principales causas de que los alumnos de las escuelas públicas de América Latina y el Caribe sean privados cada semana de un día completo de clases.

No obstante, los dirigentes de los gremios de profesores sostienen que en el caso de El Salvador se suman otras situaciones que influyen para que el calendario anual de clases se vea disminuido.

Manuel Molina explicó que según la Ley de Asuetos, Vacaciones y Licencias vigente, el profesor tiene hasta 40 días posibles para poder faltar a su trabajo a lo largo del año, y esto se puede prolongar si tiene una operación o alguna otra situación que requiera incapacidad.

“El educador tiene cinco permisos personales al año, pero tiene quince permisos por enfermedad, más veinte permisos si un familiar cercano, ya sea la madre, el padre, el cónyuge o los hijos están en peligro de muerte. Claro que no es competencia terminarse los cuarenta días al año”, detalla el profesor.

Molina argumentó que la reducción en el número de días que se atiende a los alumnos en el aula no necesariamente tiene que dañar el proceso de aprendizaje, tomando en cuenta que antaño la duración del año lectivo era menor y había mejor enseñanza.

Sin embargo, reconoció que los profesores dejan de asistir porque se enferman frecuentemente como resultado del estrés que acumulan por atender demasiados estudiantes por grado (usualmente 40), así como la mala conducta que estos últimos observan en la institución.

El director del Centro Escolar Cantón San Francisco, recordó que hay educadores de unas 800 escuelas rurales y urbano- rurales que se ven obligados a atender hasta tres grados de forma simultánea, lo que se conoce como aula integrada, y que cuando faltan es complicado sustituirlos.

“Hay escuelas que prefieren que ese grado no asista el día que el educador va a pasar una consulta, tiene que hacer un trámite personal, está incapacitado, tienen un familiar enfermo o andan en misión oficial a la que el Ministerio (de Educación) lo ha mandado”, detalló.

El Mined ayuda a perder clases

Francisco Zelada, dirigente del Simeduco, secundó a Molina con respecto a que en los últimos años la cartera de Educación ha propiciado la ausencia de los profesores por las actividades que promueve, y según comentó, previo a las vacaciones agostinas los educadores atendieron una pausa pedagógica de cuatro días durante la cual no asistieron los alumnos a las escuelas.

“Antes que llegaran los nuevos titulares (de Educación) nos llamaban a reuniones frecuentemente. Nos decían que nos iban a dar información sobre la Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno y en realidad lo que hacían era dar información del partido político. O sea era campaña, proselitismo, al que nos llamaban y teníamos que dejar a los estudiantes para asistir”, agregó Zelada.

En los últimos meses algunos grupos de profesores de asignaturas específicas han sido convocados por Educación para atender capacitaciones, y hay otros equipos de educadores que tienen que salir para participar en reuniones en las que trabajan para la conformación de redes de escuelas, en vinculación con otras instituciones gubernamentales o alcaldía.

El especialista en Educación, Oscar Carlos Picardo, explicó que a esas situaciones que obligan a perder clases, se suman otras, como las celebraciones que están en el calendario escolar en honor al maestro, a la madre, al padre, al alumno, al medio ambiente, a la Tierra, al hablante Nahuat, entre otras.

Sin ir lejos, igual se suspende actividades académicas para hacer ensayos de cara al 15 de septiembre y a los juegos intramuros.

Los dirigentes gremiales y profesores reconocen que en muchos casos las comunidades educativas llegan a ocupar hasta cinco días en esas celebraciones, incluso con el aval de las oficinas departamentales de Educación, como ocurrió este año con la celebración del Día del Maestro en el departamento de La Libertad.

“Convocan a profesores de varios departamentos a Termos del Río un día. Allí se va San Salvador, Santa Ana, Ahuachapán y ¿qué se termina haciendo?: presentar candidatos a alcaldes de ciertos municipios del partido de gobierno”, agregó Gutiérrez, subdirector de un Complejo Educativo de esa localidad.

Los docentes señalaron que los paquetes escolares han generado más pérdida de tiempo porque en más de una escuela pública se deja de dar clases los días en que se va a entregar los útiles, cuando se toman las tallas y distribuyen los uniformes y el calzado.

Picardo señaló que después de tanta pérdida de horas de aprendizaje los resultados de la Paes no son una sorpresa. “La Paes está diseñada, o la Paesita, para un cumplimiento curricular integral. Luego, si los niños ven menos del 50 % de los contenidos curriculares, no podemos esperar que los resultados de prueba de logro sean mejores”, dijo.

De allí que insiste en que el programa de paquete escolar no debe estar en manos de Educación, sino de otra institución.

La situación por el momento está lejos de mejorar, porque según el mismo testimonio de los profesores, el retraso en la entrega del presupuesto de funcionamiento a las escuelas por parte del gobierno ha abonado más a la pérdida de clases porque se realizan actividades que implican pérdida de tiempo efectivo en la enseñanza.

Con ello se refiere a que los centros educativos, contrario a lo que establece la Ley General de Educación y la Ley de la Carrera Docente, se han visto a orillados a dejar de servir clases para realizar turnos, bailes, rifas y otras, que les permitan colectar dinero para pagar reparaciones, la compra de material didáctico y de limpieza, pagar cuentas de servicios básicos e Internet.