Empresas ayudan a prevenir la violencia

Estudio de Fusades para medir nivel de responsabilidad social empresarial

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Empresas ayudan a prevenir la violencia

Por David Marroquín sucesos@eldiariodehoy.com

2014-08-25 7:00:00

En los últimos dos años, muchas empresas se han involucrado directamente e indirectamente en la prevención de la delincuencia y la violencia, según reveló un estudio de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Los resultados de esta encuesta servirán para el diseño de estrategias y programas tendientes a prevenir la criminalidad y el accionar de las pandillas, a través del proyecto SolucionES.

Esta última iniciativa es una alianza entre USAID y cinco de las más importantes fundaciones de desarrollo salvadoreñas como Fepade, Fusades, Funde, Fusal y Glasswing, que se han unido para trabajar por prevenir la delincuencia en el país.

El estudio reveló que entre 2012 y 2013, más empresas adoptaron prácticas de responsabilidad social, como por ejemplo, programas de reinserción laboral para pandilleros que han desertado de esos grupos ilegales y jóvenes en riesgo de ser reclutados por las pandillas.

De las 598 empresas consultadas, el 72 por ciento de estas impulsan proyectos o apoyan causas sociales. Si bien es cierto que solo el 1.9 por ciento de las encuestadas cuentan con programas específicos de prevención del crimen y la violencia, el resto de las empresas dedican recursos económicos hacia otras áreas, directamente vinculadas con la prevención primaria, como por ejemplo: salud, educación y deportes.

Aunque el estudio no revela la cantidad de expandilleros que han sido beneficiados con esos programas, pero se estima que son decenas.

Se destaca la experiencia de varias empresas que han contratado a expandilleros ya rehabilitados como parte de su fuerza laboral. Para ello, estas compañías han diseñado un “proceso de acompañamiento a los jóvenes que han mostrado voluntad de dejar las pandillas e iniciar uno de preparación para ser productivos a la sociedad”.

Los expandilleros favorecidos han recibido apoyo espiritual – religioso y sicológico, y luego han sido sometidos a una capacitación técnico vocacional como preparación previa a la contratación por estas empresas.

Experiencias exitosas de reinserción expandilleros

Las compañías Río Grande Foods, que impulsa el programa Trabajemos por la Paz, y League S.A., ejecutan todas las etapas del proceso, y al final emplean a una parte de los jóvenes que logran superar el adiestramiento. En caso de que no puedan emplearlos, estas mismas empresas se esmeran en buscarle trabajo en otras compañías.

Otra de las empresas que también ha apoyado esfuerzos por incorporar a expandilleros a la fuerza laboral, es Calvo de El Salvador, que se dedicaba a la contratación de jóvenes que habían decidido abandonar la vida pandilleril y se habían sometido a un riguroso proceso de cambio personal.

En ese sentido, estos jóvenes habían sido sometidos a un proceso espiritual y sicológico impulsado por una familia de la zona cercana a la empresa que tenía un albergue para la rehabilitación de este tipo de personas. Lamentablemente, el albergue dejó de funcionar y la empresa ya no contrató a ningún expandillero. Actualmente, continúan en la empresa aquellos que ya eran parte de su personal.

La cooperación empresarial no solo se limita a la reinserción laboral, sino también, realiza proyectos en los centros escolares que reduzcan la violencia juvenil a través de la atención sicológica (clínica y preventiva), metodologías con las que les enseñan a los estudiantes a resolver conflictos pacíficamente y con el desarrollo de otras actividades que fomenten los valores y la sana convivencia.

En estos programas, además, de los alumnos, también son involucrados los docentes y los padres de familia.

También se identificaron proyectos empresariales orientados a facilitar la reinserción laboral, pero no como asalariados, sino como parte de alguna actividad productiva.

Este novedoso programa fue adoptado por la librería Josué, que fomentaba la producción entre los menores que entraban en conflicto con la ley por delitos menores y que habían abandonado la pandilla. Estos menores habían sido remitidos por el sistema judicial al referido programa.

Los beneficiados, después de ser sometidos al tratamiento sicológico y religioso, se les preparaba en habilidades laborales y vocacionales, y enseguida los apoyaban con un paquete de herramientas para que iniciaran su propio negocio. Lamentablemente, el proyecto ya no continuó desde que las utilidades de la librería no eran suficientes para sostener el proyecto, señala el estudio.

Fusades recomienda que para que más empresas se involucren en prácticas de responsabilidad social, orientadas a prevenir el crimen, se debe continuar divulgando las experiencias que han sido exitosas y que pueden ser retomadas por otras empresas.

El director ejecutivo de Fusades, José Ángel Quirós, sostuvo que es necesario conocer a profundidad el fenómeno de la violencia para poder prevenirla. Agregó que los esfuerzos de prevención que se hacen de forma aislada, por distintos sectores, deberían de ir en una sola dirección en aras por mejorar la seguridad pública del país.

“Conocer estadísticamente qué es lo que están haciendo las empresas, obviamente ayuda a entender ese fenómeno, no para solamente saber que es lo que están haciendo, sino que para saber si el impacto que están causando es el adecuado o no”, señaló Quirós.

Agregó que aún hay resistencia de algunas empresas en contratar pandilleros rehabilitados, ya que “es un temor natural porque no hay conocimiento del fenómeno de las pandillas, mientras no existan programas de reinserción basados en historias de éxitos como sé yo, cómo atender ese problema”, manifestó.