Techos de escuela están dañados

Suspenden las clases cuando llueve

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La acumulación del agua, en uno de los grados, evidencia el mal estado del techo de la institución educativa. fotos edh / cristian Díaz.

Por Cristian Díaz comunidades@eldiariodehoy.com

2014-08-20 7:00:00

SANTA ANA. Para Willian Elías R., alumno de séptimo grado del centro escolar José Mariano Méndez, al poniente de la ciudad, el invierno es motivo de preocupación.

El mal estado del techo del aula, donde pasa cinco horas y media de lunes a viernes, es un colador cada vez que llueve, porque ya cumplió con su vida útil.

El joven dijo que cada vez que llueve tienen que reacomodarse en otros espacios del aula. Aunque confesó que hay ocasiones en que los docentes tienen que suspender las clases porque la filtración de agua es tal, que genera acumulaciones en el piso.

Esto los ha llevado, en varias ocasiones, a sacrificar el descanso del sábado parar reponer las clases perdidas.

“Uno no se concentra en la clase cuando está lloviendo”, relató el joven de 14 años.

El mal estado de la infraestructura pasa desde los agujeros en algunas láminas de asbesto, hasta hoyos que abarcan varios centímetros.

Otras tres aulas de la misma institución educativa están en similares condiciones.

Son cien alumnos de cuatro aulas los que resultan afectados, directamente, por los daños en los techos.

Willian Elías lamentó la condición en que se encuentran los salones que están ubicados en el segundo nivel del único edificio de dos pisos que posee la institución.

Otros tres salones, que están en otra infraestructura, también presentan daños en los techos, pero aún no de gravedad, reconoció la directora de la escuela, Cecilia Carranza.

Willian recordó que de los ocho años que tiene de estudiar en la institución, en los últimos dos, se agravó el mal estado de los tejados.

Durante ese tiempo, no ha presenciado la visita de autoridades del Ministerio de Educación (Mined), para supervisar los daños y resolver el problema.

Otra alumna de séptimo grado, Andrea Marisol A., de 13 años, dijo que, hace unos tres años, salieron de noveno grado dos de sus hermanas.

Ellas le cuentan que siempre han tenido que enfrentar las incomodidades por la filtración del agua.

“Que vengan a arreglar, porque no se puede quedar así; no recibimos la atención necesaria, cuando se inunda no recibimos las clases como debe de ser”, lamentó la estudiante.

Uno de los docentes, Óscar Vega, también corroboró la incomodidad expresada por los estudiantes, al reconocer que las clases no se imparten correctamente cuando cae una fuerte tormenta.

La directora dijo que los techos dañados fueron colocados en 1992, por ello, urgen que el Mined le asigne fondos a la escuela para poder sustituirlos.

Lamentó que no han tenido una respuesta positiva, a pesar de que inició gestiones con la dependencia gubernamental desde febrero pasado.

Por ello han comenzado a buscar ayuda con otras entidades y embajadas.

La escuela requiere, para la intervención de cada aula, $700, incluyendo mano de obra y los materiales.

En total, son $2,800 los que necesitan para reparar los techos de la institución.

Para colmo, Educación aún no les entrega los fondos en concepto de operación y funcionamiento.

Estos suman $3,101, que son entregados en dos transferencias. De ese dinero sólo pueden utilizar $500 para reparaciones en la infraestructura, lo que les resulta insuficiente para intervenir, al menos, una de las aulas.

Para cubrir lo básico han tenido que usar los $140 que les ingresa al mes por la tienda escolar. Apenas han lograr comprar algún material didáctico.

Incluso, se han visto en la necesidad de recolectar latas y botellas plásticas para la adquisición de los medicamentos para el botiquín escolar.

El director departamental de Educación, Martín Alarcón, expresó que está realizando gestiones para atender las demandas de infraestructura de esta y otras escuelas del departamento.

Pero dijo que dicha institución deberá esperar, porque entre el 2012 y 2013 le repararon los sanitarios.

“A la directora le he dicho que nos tenga paciencia porque estamos priorizando otras necesidades”, señaló el funcionario.