Hace seis meses, Scarleth Espinoza Hernández no sabía nada de inglés. A sus trece años, acababa de terminar su segundo año de secundaria y se preparaba para iniciar el tercero en el Instituto Nacional de Ticuantepe, pequeña localidad ubicada a 18 kilómetros de Managua, hasta que recibió la oportunidad de hacer una prueba para ser parte de los primeros 40 nicaragüenses que comenzaron a capacitarse en el primer Centro ¡Supérate! que se abre ese país centroamericano.
Este viernes, Scarleth pudo saludar en inglés a una congregación de empresarios, hombres de negocios, periodistas, maestros y alumnos, durante la inauguración del Centro ¡Supérate! en Nicaragua. A los asistentes, la beneficiaria les relató, siempre en inglés, lo afortunada que se sentía por haber recibido esa oportunidad y lo contenta que estaba de verlos ahí.
Ese centro, el primero en Nicaragua, y décimo en la región centroamericana (sumando los 7 que hay en El Salvador, con los dos de Panamá), es fruto de una relación de más de cuatro décadas que se remonta a los años en que Ricardo Sagrera B., fundador y presidente del Programa ¡Supérate!, estudió una maestría en el campus del Incae en Managua. Ahí conoció a Carlos Reynaldo Lacayo, actual presidente de la Unión Nicaragüense por la Responsabilidad Social Empresarial, (UniRSE), y directivo de la Fundación Calsa.
La cercanía entre ambas familias y grupos empresariales fue el caldo de cultivo que permitió a la Fundación Calsa integrarse como el miembro más nuevo de la familia de Centros ¡Supérate! Todo ello, luego que cumplieran con los requisitos que deben superar los aspirantes a recibir la franquicia social del programa ¡Supérate!, al que pueden tener acceso los líderes empresariales y las fundaciones, explicó Eduardo Cader, su Director Ejecutivo.
“Con Fundación Calsa fue un encuentro muy beneficioso, en el sentido que vimos en ellos –en la fundación, la empresa, la familia- la capacidad técnico financiera para ejecutar el programa ¡Supérate!, estableciendo el primer centro en Nicaragua. La inversión que realizó la Fundación ronda los US$500,000 para equipar el centro con la última tecnología”, aseguró Cader.
El compromiso de la Fundación Calsa es mantener el centro en funcionamiento por un mínimo de seis años, aunque el director ejecutivo no duda que se mantendrán por mucho más tiempo, por considerar que más que un acuerdo legal, las relaciones con los franquiciados se basan en la palabra de honor.
“Con la familia Lacayo somos amigos de toda la vida. Nosotros escogemos empresarios que sean solidarios, que estén comprometidos con la educación, y ellos se nos acercaron buscando un entendimiento. Ahora tenemos la dicha de tenerlos como patrocinadores, socios en Nicaragua. El programa podría crecer con el concurso de este mismo patrocinador u otros más, en ubicaciones que estén bien ligadas al mercado, para que cuando estos jóvenes se gradúen tengan fuentes de trabajo accesibles”, dijo don Ricardo Sagrera.
Según una nota de prensa entregada por los organizadores del evento, “¡Supérate! es un programa de excelencia académica que contribuye a elevar el nivel educativo de la juventud de escasos recursos económicos de Centroamérica, con el fin de brindarles nuevas y mejores oportunidades de vida a través de la capacitación de alta calidad en inglés, computación y valores, de forma complementaria y paralela a sus estudios públicos”.