A pesar de que el fin de semana la carga vehicular es menos, miles de conductores se enfrentaron con un embotellamiento descomunal por las obras de renovación que ejecuta el Fondo de Conservación Vial (Fovial) en el Bulevar del Ejército Nacional.
Los trabajos de cambio de la capa asfáltica inician entre el paso a desnivel a la entrada a la colonia Sierra Morena y el comienzo de la vía del Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss), pero las repercusiones de tráfico son notorias desde la zona de cárcel de mujeres.
Ayer, desde ese punto hasta la salida de Soyapango, en sentido hacia San Salvador, los automovilistas invertían hasta 45 minutos para recorrerlo.
La desesperación de los conductores era notoria. Unos pitaban con estridencia para ver si así se agilizaba el tránsito, otros leían el periódico y algunos hasta apagaron los motores de sus vehículos.
Pero los que más padecieron el caos vial fueron un grupo de unas 25 personas que viajaban en la cama de un camión. Estos aguantaron el fuerte sol y el humo de los automotores.
Gonzalo Flores reclamó a Fovial y les sugirió que “organicen bien” lo que ejecutarán, “porque los conductores” son los más afectados.
Juan Pérez coincidió y dijo que le parece “raro y es que apenas es sábado y ya hay tráfico pesado. Hoy (ayer) se supone que estaría tranquilo, pero es todo lo contrario”, comentó.
El titular de Fovial, Felipe Rivas, mencionó el lunes que las actividades “se ejecutan en esta época de vacaciones agostinas porque la mayoría de la población descansa y el tráfico disminuye en la zona”, lo que fue desmentido ayer por centenares de automovilistas que se quejaron por la lenta circulación.
“Al parecer Fovial, otra vez, no tomó en cuenta que se haría una terrible trabazón en el bulevar”, aseguró Flores.
La renovación total del bulevar comprende los seis carriles entre la intersección del bulevar San Bartolo, en Ilopango, hasta el paso a desnivel de Soyapango; y el empalme con las obras del Sitramss en una extensión de 6.2 kilómetros.
Los únicos que sacaron provecho del tráfico lento fueron los vendedores ambulantes de dulces, golosinas y agua que comercializan en la zona.
Rivas prevé que los trabajos finalicen en noviembre de 2014, eso “si la temporada lluviosa no afecta las labores”, aclaró.
Así que los problemas viales seguirán siendo el pan de cada día para los conductores.