Hasta las 2:00 de la tarde de ayer tenían los empresarios de la ruta 109 de autobuses , que recorre de San Salvador a Quezaltepeque, en La Libertad, para reunir y entregar 10,000 dólares a dos grupos de pandillas asentados en ese municipio.
Los empresarios recibieron el ultimátum ayer por la mañana, afirmó Catalino Miranda, agremiado de Fecoatrans.
No descartan que, por la fuerte suma de dinero que con premura exigieron los pandilleros, a los empresarios no les quedó más que negociar un compás de espera o el monto exigido, expresó Miranda.
A raíz del aparente incumplimiento de los empresarios, ayer por la tarde, la ruta empezó a disminuir el número de unidades que prestan el servicio.
“Según datos preliminares en este momento (ayer por la tarde), los empresarios y los delincuentes podrían estar negociando”, subrayó.
Aclaró que en este caso, solo empresarios de autobuses de la ruta están siendo afectados, no así, los conductores de microbuses.
“Estos hechos y otros como asesinatos, paros y amenazas de grupos de pandillas, no se pueden interpretar más que, como una forma de recolección de fondos que ni siquiera se sabe para qué fines los piden”, lamentó el agremiado.
Asimismo, consideró que las maras ya no solo buscan fondos para pagar abogados, darse la buena vida, tanto en libertad como en las cárceles, sino convertirse en verdaderas mafias dedicadas a este negocio de la extorsión, como una forma de vida.
A juicio del transportista, “a medida que algunas empresas del transporte de pasajeros se vayan resistiendo al pago de la “renta”, por no tener fondos o porque no es negocio cumplirles a estos grupos, se podrían dar más actos violentos dentro de las unidades”, vaticinó.
Miranda pidió un respaldo a las autoridades de Justicia y Seguridad Pública, para que la Policía profundice en las investigaciones y determine cuál es el fin que lleva a estos individuos a operar de esa manera.
El transportista todavía da el voto de confianza a las nuevas autoridades y solo espera que estas den pronto el banderillazo de salida contra la delincuencia.
Entre un 90 y 95 por ciento de los empresarios del transporte colectivo son extorsionados y amenazados por las pandillas. A la fecha, ya van 38 muertos, cinco casos más que los ocurridos en 2013. Además, 545 ataques armados.
El último de los ataques ocurrió ayer, cuando un conductor de la ruta 125 fue asesinado en la carretera Longitudinal del Norte, a la altura de El Paraíso en Chalatenango, la víctima fue identificada como David Jacobo Merlos.