Gabriel Montenegro es un ejemplo de profesionalismo y calidad humana

b Su invaluable aporte al sector agrícola de El Salvador es parte del legado del doctor Montenegro, quien falleció el pasado martesb Desde ayer se realiza un triduo de misas en la Iglesia Cristo Redentor

descripción de la imagen
Era Máster en Química de Suelos y en 1967 fundó su primera empresa Sertesa. Foto EDH /cortesía Familia Montenegro Don Gabriel Montenegro (al centro de la primera fila) disfrutaba de reunir a la familia completa. foto edh / CORTES??A

Por nacional@eldiariodehoy.com

2014-07-10 8:00:00

Excelente calidad humana y una aguda visión empresarial son dos de las muchas virtudes que definieron al doctor Gabriel Montenegro, quien falleció el pasado martes.

Originario del departamento de Santa Ana, don Gabriel nació el 15 de octubre de 1925.

Su primera formación académica la realizó en su lugar de origen. Y los estudios universitarios los hizo en una universidad capitalina, en donde obtuvo el título de Química y farmacia.

Posteriormente, obtuvo una beca en una universidad de Indiana, Estados Unidos, en donde cursó su Maestría en Química de Suelos.

Después de obtener su logro académico en el exterior, Montenegro retornó al país e inició su carrera profesional en el Ministerio de Agricultura, lo que le dio una gran satisfacción, ya que una de sus grandes pasiones siempre fue la agricultura.

Otra de sus grandes oportunidades fue cuando trabajó para Quiñones Hermanos, en donde inició el departamento de química para la producción de pesticidas y fertilizantes.

En 1949 contrajo nupcias con la señora Hilda Palomo de Montenegro, con quien procreó cinco hijos, a quienes procuró brindar, como señaló su hijo Ricardo Montenegro, buenos ejemplos y una buena educación académica y humana.

“Nuestro padre siempre nos dio buenos ejemplos. Fue muy trabajador y responsable. Él y mi madre nos enseñaron que habíamos tenido la dicha de recibir más que otros y por eso teníamos que dar más. Ser más generosos”, aseguró Ricardo Montenegro.

Don Gabriel fue presidente de la Asociación Demográfica Salvadoreña y perteneció a la Asociación Amigos de la Tierra.

En 1967 emprendió su más grande hazaña, cuando fundó su empresa Sertesa, dedicada a la venta de fertilizantes y la que, posteriormente, pasó a ser Unifersa.

“Fue un hombre con muchas ilusiones de desarrollar el país y de apostarle a la agricultura, siempre supo mantener a su familia unida (…) la responsabilidad y la humildad fueron dos grandes enseñanzas que me dejó mi padre”, expresó su hijo Fernando Montenegro.