Agricultor sufre el asesinato de su hijo en el Día del Padre

Junto al joven fue asesinado su primo

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Johnny Mendoza, de 18 años, y su primo Celso Mendoza, de 19, residían en el cantón El Rodeo, de San Pedro Perulapán. Los asesinaron pasadas las 6:00 a.m. Foto EDH /Douglas UrquillaEl padre de Johnny cargó el cuerpo de su hijo, ayudado por otras personas, para sacarlo de la milpa donde lo abandonaron

Por Lilibeth Sánchez sucesos@eldiariodehoy.com

2014-06-16 9:00:00

Su regalo del Día del Padre fue ver asesinado a su hijo Johnny de Jesús Mendoza García, de 18 años. Junto a él estaba el cuerpo sin vida del primo Johnny, Celso Reynaldo Mendoza, de 19.

El padre de Johnny, un agricultor de rostro curtido, no tuvo más que cargar el cadáver para sacarlo de la milpa donde fue abandonado.

Este doble homicidio fue perpetrado pasadas las 6:00 de la mañana en la cima de una loma del cantón La Esperanza, en San Perulapán, Cuscatlán.

“Esto es una lástima, eran unos muchachos trabajadores. Ellos no se metían en nada, bien vieron que trabajando estaban, esto ha sido por envidias”, dijo acongojado el padre de Johnny, mientras veía alejarse el carro de Medicina Legal que se llevaba los cadáveres.

Los muchachos, según sus familiares, salieron de sus casas a las 5:00 de la mañana para ir a limpiar el terreno de un familiar que es utilizado para sembrar maíz.

Johnny y Celso residían en el caserío San Diego del cantón El Rodeo, que colinda con el sector donde fue cometido el doble asesinato.

Algunos dolientes relataron que ellos estaban desayunando en la casa cuando una persona les llegó a avisar que los jóvenes habían sido asesinados a balazos.

Por su parte, las autoridades dijeron que habían logrado indagar que cuatro hombres encapuchados llegaron hasta la milpa donde estaban trabajando los primos y les dispararon. Los cadáveres quedaron a a dos metros de distancia.

Cada uno de los jóvenes tenía seis lesiones de bala calibre nueve milímetros, según fuentes de la Fiscalía.

En la escena se supo que Johnny y Celso habían sido amenazados anteriormente, aparentemente por pandilleros, para que no estuvieran llegando a la zona. Sin embargo, la necesidad del trabajo los hizo ignorar la advertencia.

Quienes conocieron a las víctimas descartaron que pertenecieran a pandillas o que se vincularan con integrantes de estos grupos. En contraste, aseguraron que los primos Mendoza se dedicaban a trabajar para ayudar económicamente a sus familias.

En abril pasado, José Alfredo Girón, de 37 años, también fue asesinado en el mismo cantón donde ayer mataron a los Mendoza.

En esa ocasión, la Policía sostuvo que el hombre no era marero, pero habitar en una zona asediada por la pandilla 18 y frecuentar un territorio donde delinque la mara Salvatrucha le costó la vida.

Girón dejó en la orfandad a tres niños de 10, 6 y 4 años.

A él lo ultimaron a balazos y con arma blanca cuatro hombres encapuchados, quienes lo interceptaron cuando se dirigía a abastecerse de agua al río El Pital.

La viuda del señor aseguró que él no tenía enemigos ni lo habían amenazado. Se ganaba la vida haciendo labores agrícolas.