ICE limitado para deportar niños detenidos en frontera de EE. UU.

La agencia encargada de remover a inmigrantes sin un estatus legal dice que trata caso por caso para asegurar el debido proceso a cada uno de los menores detenidos en los albergues en la frontera. La ley federal prohíbe una deportación automática cuando el extranjero –mayor o menor de edad- proviene de un país más allá de México y Canadá

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En los consulados de El Salvador en EE. UU. han habilitado ventanillas para atender a los padres cuyos hijos menores de edad intentaron ingresar ilegalmente. Foto EDH /Tomás GuevaraLas ONG que trabajan en EE. UU. afirman que un buen número de menores de edad centroamericanos que migran solos, lo ha

Por tomás guevara Corresponsal en Washington

2014-06-27 9:00:00

El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) está trabajando al máximo de su capacidad para la devolver a sus países de origen a miles de niños y adolescentes detenidos en albergues dentro de territorio estadounidense.

En lo que va del año han sido detenidos mil menores de edad procedentes de Honduras, Guatemala, El Salvador y México. De estos, unos 9 mil entraron a EE. UU. con uno de sus padres o con un pariente.

En esta fase de la crisis humanitaria, la agencia federal que funge como brazo operativo del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) asegura que se están esforzando en atender la situación y garantizar que a cada menor le asista el debido proceso que manda la ley estadounidense.

Cuestionados por El Diario de Hoy al respecto, mediante un despacho de prensa, la central de ICE en Washington afirmó: “Se está trabajando en estrecha colaboración con otros organismos gubernamentales y no gubernamentales y que se coordinan para transportar de manera segura y en cumplimiento de las mejores condiciones humanas a los menores no acompañados que están temporalmente a nuestro cuidado”.

También agregan que por tratarse de más de 9 mil que han entrado junto a un miembro de su núcleo familiar, madres o adultos que tienen tutela sobre ellos, y por provenir de El Salvador, Honduras y Guatemala, la ley federal prohíbe su repatriación inmediata hasta haber pasado por un proceso de revisión caso por caso.

El marco jurídico de los Estados Unidos prohíbe la repatriación inmediata de estos menores si provienen de países distintos a México o Canadá. En este caso, enfatizan que si la mayoría de menores proviene de los países centroamericanos cada uno deberá ser presentado ante un juez. Este dictaminará si al menor de edad se le admite o se le deniega la permanencia en suelo estadounidense.

“Algunos individuos están sujetos a detención obligatoria, mientras que otros califican para la libertad condicional bajo fianza, una alternativa al programa de detención, u otra forma de libertad supervisada. En virtud de la Ley de Inmigración y Naturalización estas personas deben gozar del debido proceso hasta que su caso de inmigración administrativo está totalmente adjudicado”, reza un documento en el que ICE explica el proceso que sigue.

El cónsul general de El Salvador en Washington, Dagoberto Torres, comentó que en la oficina consular de la capital estadounidense se atiende a diario a un buen número de personas que están tratando de ubicar a menores de edad que emprendieron la ruta del migrante desde El Salvador, varios de los cuales están detenidos en los albergues fronterizos.

“Por ejemplo, hoy nos avisaron que llegó al aeropuerto internacional Dulles (en Virginia), una niña a la que se le apoyó aquí a la mamá para llenar los formularios y toda la información solicitada para identificarla”, explicó el funcionario, quien sugirió llamar a la embajada de El Salvador en Washington para tener más detalles sobre el caso. Porque esa misión diplomática tendría centralizada la información sobre ese tema.

Proceso coordinado para agilizar remociones

Según el ICE, si los jueces emiten órdenes de deportación, estas tendrían que coordinarse entre el Departamento de Seguridad Nacional y los países receptores de los menores de edad para proceder a repatriarlos de forma seguras.

Por ahora, ICE está ocupado en la primera fase de la crisis. Esto lo hace trabajar al máximo de su capacidad para transportar a los menores no acompañados detenidos en la frontera con México.

Los vuelos de la agencia tienen capacidad de transportar hasta a 135 menores por viaje. Para esto se han sumado dos aviones charter ante la abultada demanda de los últimos días.

En la información enviada por ICE a El Diario de Hoy se subraya que la ley federal autoriza a DHS para hacer las transferencias de menores no acompañados a las oficinas de Refugiados y Reasentamientos (ORR). Estas oficinas tienen potestad para “ofrecer vivienda y la tutela legal de los niños a largo plazo, mientras que sus casos de inmigración son procesados”, afirma el documento.

Mientras estos menores estén bajo el cuidado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE afirma que cuentan con “todas las comodidades y los servicios básicos” hasta que los niños sean trasladados a los hogares temporales.

En una carta abierta dirigida a los padres centroamericanos, el secretario de DHS, Jeh C. Johnson, los insta a desistir de pagar porque viajen ilegalmente a Estados Unidos.

El funcionario a cargo del complejo mecanismo de seguridad nacional y el sistema migratorio, asegura que intentar ingresar ilegalmente a su país representa un peligro mayor al que asuela a las comunidades de el Triángulo Norte de Centroamérica, que viven aterrorizadas por las pandillas y el crimen organizado.

“La mayoría de estos niños provienen de Honduras, El Salvador y Guatemala, donde las pandillas y la violencia del narcotráfico aterrorizan a las comunidades. Para los padres de estos niños tengo un mensaje sencillo: Enviar a su hijo a viajar ilegalmente hacia Estados Unidos desde Centroamérica no es la solución. Las redes de tráfico ilícito a las que usted paga para que lleve a su hijo a los Estados Unidos no tienen respeto por su seguridad y bienestar, para ellos su hijo es una mercancía que se intercambia por un pago”.

Esa es la explicación del alto funcionario de la administración del presidente Barack Obama, en un intento por desanimar a estos padres desesperados.