Huérfanos ya tienen camas donde dormir

Fundación de salvadoreños en EE. UU. donaron siete camas, granos básicos y golosinas, para los pequeños y su madre.

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Los menores huérfanos se divirtieron al recibir las siete camas, donadas por la fundación Regalando Sonrisas.

Por David Marroquín sucesos@elsalvador.com

2014-06-27 7:00:00

El dolor y las grandes necesidades que pasan los 12 niños que quedaron huérfanos, después de que asesinaran a su padre, en el cantón Soledad de Monte San Juan, Cuscatlán, hicieron eco en la fundación “Regalando Sonrisas”, cuyos miembros se organizaron para llevarles camas, granos básicos y golosinas.

Las publicaciones de El Diario de Hoy, sobre el drama que viven estos niños, a raíz del homicidio del único sostén de la familia, conmovieron a los integrantes de la referida fundación, integrada por salvadoreños residentes en Estados Unidos.

“Regalando Sonrisas” es una entidad sin fines de lucro, que trabaja desde Los Ángeles, California, en llevar alivio a las comunidades o personas, con grandes necesidades económicas.

Una de las fundadoras, Esther Sosa Gilhaus, quien es originaria de la comunidad Agua Caliente de Anamorós, La Unión, pero residente en Los Ángeles, explicó que en el caso de los huérfanos de la familia de Monte San Juan, se les entregó siete camas, 100 libras de frijoles, 100 libras de azúcar, sábanas y golosinas.

María, madre de los 10 menores, quedó viuda la tarde del 14 de abril pasado, cuando varios pandilleros asesinaron a su esposo Candelario y a su hijo Abel Ernesto, de 17 años.

Ambos se dirigían al ordeño de vacas, en una hacienda vecina, donde trabajaban.

Candelario y su hijo eran los que contribuían, con lo que ganaban, al sostenimiento de los niños, aunque no llenaban las necesidades básicas de la familia, era el único sostén.

Las muertes de padre e hijo, sumieron aún más en la pobreza extrema, a María y a sus hijos y nietos.

La única esperanza de ella estaba cifrada en la fe que le tiene al Supremo Creador, que asegura, no la va a desamparar.

La mayúscula pobreza en la que vive esta familia, se reflejaba en las únicas dos camas en mal estado, que tenían para todos los miembros.

La extrema pobreza en la que ha quedado la viuda y sus hijos, conmovió los corazones de los integrantes de la fundación, quienes decidieron llevarles algún alivio a los niños y su madre.

Sosa explicó, que para obtener los fondos que sirvieron para la compra de las camas y los alimentos, tuvieron que tocar puertas de personas altruistas residentes en Estados Unidos, y gracias a Dios, tuvieron respuesta.

La solidaridad que por 25 años cosechó Candelario con sus vecinos, también ha tenido sus frutos.

La mayoría de los residentes del sitio donde vive la familia han respondido, ayudándoles a paliar un poco las grandes necesidades de esta familia.

Como dicen los vecinos, Candelario les regalaba maíz y frijoles, de lo que sembraba. Además colaboraba con la comunidad y a nadie le negaba un favor.

Sus hijos han recibido ayuda de distintas personas. Las ausentes son aquellas entidades gubernamentales que aseguran velar por los derechos de la niñez salvadoreña.

Fundación caritativa y cristiana

Sosa Gilhaus explicó, que la fundación “Regalando Sonrisas”, además de tener propósitos caritativos, tiene principios cristianos. “La ayuda que se provee, más que todo es material, pero apoyamos también en lo espiritual, pues oramos por las familias”.

Agregó, que la idea de fundar una entidad que ayudara a la gente más necesitada, surgió de un viaje que ella hizo a su tierra natal.

“Comenzó en la comunidad de Agua Blanca, en Anamorós, La Unión; (donde crecí). Al ver la necesidad en las familias, fui saliendo a diferentes lugares”, dijo Sosa Gilhaus.

Después de dos años, tuvo que regresar a Estados Unidos y “desde aquí, seguimos ahora con más fuerza, mi esposo Stephen Gilhaus, ha sido mi apoyo desde un principio, para seguir ayudando a mi gente humilde, que tanto lo necesita. Ahora, más personas se han unido a esta causa”.

Sosa Gilhaus explicó, que dos personas residentes en El Salvador, son las encargadas de verificar los casos que se van a tomar, para efectuarles donaciones.

Encarnación Chávez y Nataly Figueroa, son quienes se encargan de localizar a las personas o familias que requieren de ayuda, de hacer las compras y de distribuir los donativos.

Una de las fuentes de recolección de fondos son las actividades que realizan, como rifas entre los salvadoreños residentes en Estados Unidos, aunque también se obtiene dinero de donantes altruistas.