SAN MIGUEL. Los 11 mil metros cúbicos de material volcánico que se desprendieron del volcán Chaparrastique durante la última tormenta, abrieron nuevos cauces naturales dejando con mayor vulnerabilidad al coloso para que se den más deslizamientos.
De acuerdo con Protección Civil, los deslaves se originaron por la precipitación de 76 milímetros de lluvia, el pasado 22 de mayo, y dañaron 21 humildes viviendas del cantón El Carreto.
Los canales que se formaron sorprendió a Protección Civil porque no esperaban contar con nuevos cauces en el volcán, lo que lo vuelve mucho más peligroso.
“Estamos preocupados porque la tormenta formó causes que no estaban, y en zonas que no esperábamos y fue lo que facilitó que el deslave alcanzara las viviendas, algunas de ellas aún habitadas”, explicó un día después de la tormenta Sergio Benavides, gobernador de San Miguel.
Ayer el funcionario sostuvo que, según el informe de los líderes comunales en la zona del cantón Conacastal, se han formado por lo menos dos nuevos cauces, mientras que en el caserío El Carreto se formó una vaguada.
Es decir, después de la tormenta hay nueve cauces en todo el volcán donde bajan los flujos de escombro con cada tormenta. Antes de las lluvias del 22 de mayo los cauces eran seis en el coloso, según las autoridades.
“No hemos verificado la profundidad o el largo de los nuevos cauces, pero el que se formó en El Carreto sí lo vimos, habrá que hacer una inspección detallada, pues podrían ser más”, explicó Benavides.
Según las autoridades, el problema es que ahora deben estar pendientes de estas nuevas deformaciones, y por ahora no pueden hacer más obras de mitigación porque las condiciones de los terrenos no lo permiten por la humedad.
La preocupación es que las nuevas vaguadas llegan a zonas habitadas que no estaban dentro de las áreas de alta vulnerabilidad, y muchas de las familias que ahí residen se resisten a salir a albergues, a menos que les permitan optar por el subsidio que el Gobierno ya entregó a más de 250 familias.
Las autoridades indicaron que la opción que ofrecen a las familias ante el peligro de deslaves es el traslado a los albergues, pues el subsidio ya está presupuestado para las 280 familias.
Precisamente, por la vulnerabilidad de los terrenos del coloso es que ordenó hasta ayer la limpieza de los cinco reservorios que resultaron colapsados después de la tormenta del 22 de mayo.
“Este día comienzan con la limpieza de los reservorios, y si las condiciones climáticas lo permiten los trabajos podrían culminar en tres días”, indicó Benavides.
Agregó que si llueve en la zona los trabajos serán parados porque no pueden arriesgar a los trabajadores.
Los 10 metros cúbicos de arena y piedra retenidos en los reservorios serán trasladados por las municipalidades de Chinameca, San Miguel y San Jorge a las alcaldías para que pueda ser usado en proyectos de las comunas.
El Gobernador indicó que también se lo ofrecerán a las municipalidades del municipio de Quelepa y Moncagua para que también puedan retirar material.
El día de la tormenta de 76 milímetros de agua, el material que se desprendió desde el volcán fue más de 11 mil metros cúbicos, de los que 10 mil quedaron retenidos en las obras de mitigación conocidas como reservorios, el resto paró en la calle y viviendas de los residentes de la zona.
Ahora, el temor es que el material que se deslice no pueda ser contenido en su mayoría por la formación de los nuevos cauces y lleguen, no solo a las viviendas, sino que obstruyan carreteras.