Reportes fiscales del Ministerio de Hacienda y otras fuentes consultadas por El Diario de Hoy confirman que la Presidencia de la República, durante el periodo 2009-2014 gastó $678 millones entre remuneraciones, transferencias corrientes y adquisición de bienes y servicios, rubro donde está incluida la cuenta 54315 que corresponde a $410 millones de los gastos discrecionales del mandatario Mauricio Funes.
Sin embargo, cuando a la cifra se le agregan montos relacionados con las instituciones adscritas a la Casa Presidencial (Capres), las cuales se sostiene con dinero del fondo general, prestamos y hasta donaciones, el monto asciende a $968 millones, una cifra que duplica los $479 millones con la que cerró el ex presidente Antonio Saca y que contó con una partida secreta de hasta $219 millones como gasto discrecional, según informó este rotativo en diciembre de 2009.
En este sentido, el número de empleados de la Presidencia llegó en 2013 a 2,302, suma que supera a todas las carteras de Estado, exceptuando Educación, Salud, Seguridad y Hacienda, lo cual se traduce en un crecimiento del 198 % de plazas debido a la creación de nuevas secretarías, subsecretarías y el traslado de dependencias a la sede de gobierno, algo que no muestra resultados tangibles, como el caso de la Secretaría de Cultura con una asignación de casi $18 millones en 2013.
Para el caso, los gastos anuales de Capres pasaron de $104 millones en 2009 (como parte de un presupuesto preasignado por Saca) a $159 millones el año pasado, donde está incluida la partida secreta del Presidente, que abarca múltiples gastos como pago de alimentación, seguridad privada, viajes, transporte y vestimenta, flujo que no están sujetos a registros ni controles, mientras que en gastos por bienes y servicios hay $419 millones,
Una fuente especializada en temas presupuestarios confirmó que el mecanismo con el que Capres, junto con todas las instancias del gobierno, consiguieron más ingresos fue a través de la figura de “gasto imprevistos”, luego que la Sala de lo Constitucional declarara ilegales las transferencias directas de fondos sin aprobación de la Asamblea Legislativa.
Pero además de esto, durante el actual período presidencial se incrementó de ocho a 12 las unidades ejecutoras dentro de Capres, pero también se suprimieron fondos importantes como las becas presidenciales y el apoyo a la agencia de promoción de inversiones, Proesa. “El presupuesto siempre se subestima y durante la actual administración la tendencia fue colocar gastos incompletos para corregir en el camino el rumbo real con ajustes que son sujetos de discrecionalidad en relación a los ministerios y la sede del gobierno”, dijo la fuente.
En este sentido partidas como “Asignaciones por aplicar” y “Otros gastos no aplicados”, en conjunto sumaron casi $100 millones financiados en muchos casos con deuda pública que se contrajo con entes como el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) o el Banco Mundial. Por último hay que señalar cómo, en el último año de ejercicio de los presidentes Francisco Flores, Antonio Saca y Mauricio Funes los gastos de Capres pasaron de $72 millones a $104 millones y por último a $159 millones, en ese orden.