Policías con sobrecarga laboral en Perulapán

Agentes destacados en ese municipio se quejan de las extensas jornadas de trabajo y el poco o nada de tiempo para descansar

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Policías con sobrecarga laboral en Perulapán

Por Jaime López comunidades@eldiariodehoy.com

2014-05-25 7:00:00

La escalada de violencia, las avanzadas edades de los policías y la procedencia de estos explican la situación crítica en la que labora un promedio de diez de los 47 policías asignados a la subdelegación de San Pedro Perulapán, en Cuscatlán, indicó un oficial, quien omitió su nombre.

El resto de agentes está con permisos, incapacitados o con descansos de ley, de acuerdo con los roles de servicio, agregó el efectivo policial.

Los pocos elementos de turno deben atender los homicidios y ametrallamientos que, con frecuencia, se registran en ese municipio.

Además, deben brindar seguridad a una población de casi 50 mil habitantes distribuidos en un 90 por ciento de territorio rural y 10 por ciento urbano.

También lidiar con los dos grupo más grandes de pandillas que están en constante pugna, cuyos roces terminan en frecuentes asesinatos.

De acuerdo con registros de la corporación policial, en promedio ocurren diez homicidios por mes en dicha localidad.

Algunos de los hechos han significado de dos a tres víctimas en un solo caso, sumado a los ataques a patrullas o vehículos que transportan pasajeros en el sector.

Por la escasez de personal, un policía que ha custodiado la escena de un homicidio toda la noche, tiene que seguir de corrido dando seguridad a cualquier evento social del municipio en el día.

Este agente, que no ha podido descansar en 24 horas, cae con un agotamiento físico y sicológico, declaró el oficial.

Agregó que por más conciencia que tenga la jefatura de turno en la subdelegación, este agente no puede ser enviado a descansar, a pesar de que esté al borde del colapso.

Por esa razón varios elementos policiales andan de mal humor, “ojerudos”, demacrados y nada motivados para realizar sus labores.

Temen que las extensas jornadas laborales puedan convertirlos en blanco de ataques de las pandillas o de miembros del crimen organizado que se moviliza en el sector.

“Antes, por lo tranquilo que era la zona, los policías ansiaban ser destacados en San Pedro Perulapán, pero luego del auge de homicidios todos rehuyen de que los envíen acá”, lamentó un policía.

Y es que según los agentes, en esa subdelegación hay algunos compañeros que tienen edades avanzadas, por lo que afecta su rendimiento.

“Un agente de más de 40 años no responde de la misma manera que (lo hace) uno de 25 y 30 años”, continuó el efectivo.

A esto se suma que la mayoría es originario de departamentos alejados, como Usulután, Morazán, La Unión y Ahuachapán.

El rol de servicio de los agentes en San Pedro Perulapán es de siete días continuos de trabajo y tres días de descanso.

Un policía hace cuenta que, de los tres días de descanso que le corresponden, dos los utiliza para viajar del trabajo a la casa y viceversa. A su regreso, en total solo tiene un día para estar con su hijos, su esposa o con el resto de la familia.

La propuesta que hacen los agentes de San Pedro Perulapán es que los reubiquen en estaciones policiales cercanas a su lugar de origen, para no perder su descanso en viajar en autobuses.

La situación se ha vuelto un poco más compleja para algunas policías, quienes recién han salido del embarazo y deben amamantar a sus bebés; sin embargo, no les han permitido esos cambios.

Al problema de recurso humano se suma el de escasez de vehículos, pues solo tienen tres asignados para recorrer los más de 90 kilómetros cuadrados y 37 cantones.

Las mismas patrullas son utilizadas para atender emergencias de sitios alejados, sobre todo de mujeres embarazadas o víctimas de lesiones por violencia.

Para no encontrarse sin vehículos en un hecho de violencia, en San Pedro Perulapán han dispuesto reducir la asistencia en horas de la tarde y noche, por temor a ser emboscados en sitios silenciosos y montañosos.

“Aquí el policía no está tranquilo porque cualquier cosa puede pasar”, dijo el oficial.

A cada momento les avisan de que han visto un grupo armado en un lugar o en otro.

Las mismas instalaciones de la subdelegación están situadas contiguo a un barranco, sin ninguna barrera para impedir el ingreso de ajenos.

Situación de violencia

De enero a mayo hay un acumulado de 36 asesinatos contra 19 que se registraron el año anterior en el mismo periodo.

De acuerdo con apreciaciones de la Policía, el 95 por ciento de los homicidios que se da en ese municipio tiene como móvil la rencilla de pandillas o la pugna interna entre los mismos grupos.

“El primer punto es que aquí hay presencia de las dos pandillas y la mayor parte de los homicidios o el 95 por ciento, son cometidos por pandillas”, manifestó un oficial de la zona.

“Aquí un día matan a un pandillero de la 18, el siguiente día asesinan a un MS en venganza”, afirmó el subinspector.

“No sé cómo le hacen, pero los pandilleros bien identifican a sus rivales. Por una mirada, un gesto o forma de conversar los ubican que no son de los mismos”, explicó.

También sucede que familias enteras se van a vivir a otro lugar y luego vienen a pasear o visitar a familiares que han dejado; los pandilleros se enteran de que residen en sitios de la mara contraria y la emprenden contra ellos.

“Piensan que pueden traer o llevar información de los lugares. También tienen sus fuentes en otros sectores que les informan sobre el movimiento que tienen las personas”, continuó el oficial.

Ejemplo de esas rivalidades ocurrió con un muchacho que había residido en la zona pero que emigró del municipio y, poco después, regresó a construirle un muro a una abuelita suya. Los pandilleros lo detectaron y mataron porque lo interpretaron como rival.

También es común que pandilleros de un grupo quieran ingresar a territorios de la mara contraria, lo que provoca muertes violentas.

“Puede que estén confundidos porque una persona puede llegar de un territorio de pandilla contraria y no pertenecer a ella. Sin embargo, estos grupos no hacen esa diferencia, (no analizan si es de mara o no). Lo toman como un mensajero y lo asesinan”, explicó el subinspector.

Las víctimas acribilladas en San Pedro Perulapán son relativamente jóvenes, ya que tienen entre 16 y 35 años de edad.

En mayo se han registrado cuatro homicidios en horario de 11:00 de la mañana a 7:00 de la noche.

Los lugares más violentos de San Pedro Perulapán son La Loma, La Esperanza, Tecoluco y El Espino, entre otros, todos sitios rurales.

De esta clasificación se escapa una pequeña zona urbana o casco del municipio que no tiene mayor actividad comercial.

A pesar de la falta de colaboración de los vecinos, la Policía asegura que está capturando a delincuentes y les está decomisando armas de todo tipo, incluso fusiles M-16 y Ak-47.

Falta de cooperación

La Policía se quejó de la falta de colaboración de la población en las investigaciones, pues ni siquiera familiares de las víctimas asesinadas quieren brindar información que ayude a esclarecer los hechos.

En la zona realizan reuniones con las comunidades para exponerles las actividades antidelincuenciales que la Policía desarrolla, al tiempo que solicita la cooperación de los lugareños para neutralizar hechos planeados por las maras.

“Pedimos que nos avisen cuando hay presencia de sujetos que no son de sus comunidades. Sabemos que residentes dan refugio a personas de otros lugares, hay pandilleros que delinquen en otra zona y se esconden en San Pedro Perulapán”, manifestó el subinspector.

Se quejó de que varios delitos en San Pedro Perulapán son cometidos por menores con instrucciones de adultos.

El secretario municipal, William Ramírez, afirmó que en los últimos meses se ha incrementado la violencia en el municipio, lo que ha creado preocupación en el gobierno local.

“La ola de homicidios se ha disparado, la alcaldía ha realizado algunas acciones para minimizar el problema, pero el fenómeno demanda la participación de todas las instituciones asentadas en el municipio para resolverlo”, afirmó.

La alcaldía le apuesta a la prevención en los jóvenes porque la Policía es insuficiente y solo acude a los lugares cuando hay homicidios.

Fuentes municipales afirmaron que la racha de homicidios se registra desde enero, pero se ha incrementado de forma escalonada en los últimos meses.

Una de las causas de la ola criminal es la desintegración familiar a causa de las migraciones a los Estados Unidos.

El Diario de Hoy intentó conocer la posición de las altas autoridades policiales en el Cuartel Central (Castillo), pero no se obtuvo respuesta.

La gestión fue realizada a través de la División de Comunicaciones de la Policía Nacional con dos semanas de anticipación.

A esa instancia se le envió, vía correo, un cuestionario con todas las inquietudes expuestas por los agentes de San Pedro Perulapán.

La encargada de Comunicaciones afirmó que había hecho la gestión con las autoridades correspondientes, pero que los jefes no le habían dado respuesta.

Estos hechos ocurren a días que un agente policial se declarara en huelga de hambre en busca de mejores condiciones laborales y ante un aumento de la escala de violencia que ha obligado a suspender las licencias de los agentes de manera indefinida .