Larry Cohen, fundador del Instituto de Prevención de Violencia, situado en California, en Estados Unidos, destacó —durante una visita al país en el marco de una invitación hecha por USAID como parte del programa Asocio para el Crecimiento— que trabajar con las pandillas es una pieza importante en la estrategia de reducción de la violencia, pero no la única: “hay muchas más”, aseguró.
Cohen habló sobre el fortalecimiento de la educación, la economía, la creación de oportunidades, parques y otros lugares donde los jóvenes puedan recrear, pero sobre todo recalcó la importancia de todas las instituciones públicas o privadas involucradas en la prevención de la violencia trabajen de forma coordinada.
Es importante “asegurarse que estos programas se conozcan unos a otros y se alineen y no compitan por los recursos que existen”.
Para Cohen, que los comerciantes en las ciudades tengan fe en el desarrollo de la comunidad y en el progreso es una estrategia para lograr la reducción de la violencia de una manera rápida.
Pero, ¿cómo creer a las propuestas de grupos generadores de violencia, si en el pasado han dado muestras de traición e incumplimiento a sus compromisos? Lo que se necesita es conseguir una comunidad que logre que pertenecer a una mara sea menos deseable, dice el experto.
El especialista anotó que es necesario trabajar más con las pandillas y sus miembros; aunque aclaró que no estaba bien equipado o informado para recomendar la estrategia que se podría aplicar: “Estoy en El Salvador para hablar un poco del panorama general, en el que para lograr una comunidad más segura y que progrese se necesita crear oportunidades para todos, crear una sociedad promisoria para la juventud y una sociedad más segura”, señaló.
También instó a prestar atención al hecho que gran parte de las pandillas se robustece con hijos abandonados por padres irresponsables o criados por madres solteras que se ven obligadas a ausentarse para trabajar.