Apoyo empresa privada es clave para combatir crimen

Aporte privado contra secuestros determinante para reducirlos en el pasado

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Con la contribución de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), la División elite contra el Crimen Organizado (DECO) se convirtió en la unidad especializada de investigación de la Policía más eficiente en el combate de los secuestros. Foto EDH / Archivo.

Por David Marroquín sucesos@eldiariodehoy.com

2014-04-10 7:00:00

Uno de los factores claves para que la Policía hubiese sido más eficiente en el combate de los secuestros y otros delitos graves como los homicidios, extorsiones a principios de la década de los años 2,000, sin duda fue el aporte dado por la empresa privada a la corporación policial como mejoras de los recursos logísticos, incentivos a los policías y la creación de una Fundación de Bienestar Policial que velaba por estimular a los policías y sus familias, según coincidieron exdirectores policiales.

Esta cooperación privada fue suspendida durante la administración del comisionado Carlos Ascencio al frente de la Policía, bajo la justificación de que esos beneficios que tienen que ver con el bienestar de los miembros de la PNC y de sus familias estarían contemplados dentro del Plan Estratégico de la Policía.

A eso se le sumó la postura confrontativa que siempre mantuvo el presidente Mauricio Funes con el sector privado, que no le permitió tener un mejor acercamiento con el sector productivo.

En mayo del año pasado, Funes pidió la ayuda de la empresa privada para frenar las extorsiones, similar al aporte que dio el sector privado en el pasado contra los secuestros. Sin embargo, esta iniciativa quedó solo en palabras porque no hubo ningún acercamiento entre el gabinete de seguridad y el sector privado.

Para este martes, el Presidente y Vicepresidente electos se reunirán con la cúpula de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) y la seguridad ciudadana será uno de los temas en la agenda a discutir.

Pero retomando el tema de la contribución del sector productivo, uno de los programas que mayor éxito tuvo dentro de la Policía fue la creación de la Fundación de Bienestar Policial, un ente que se encargaba de gestionar becas para que policías y sus hijos pudiesen estudiar en centros educativos y universidades privadas, y capacitaciones en informática. También hubo apoyo a los agentes con discapacidades, y a las familias de los agentes muertos en el cumplimiento del deber, a quienes se les entregaba canastas básicas, descuentos en establecimientos comerciales. La Bolsa de Trabajo Policial también era parte de los beneficios.

Este último programa fue desechado por las anteriores autoridades de Policía, lo que despertó molestias entre los agentes afectados, porque ya no pueden tener ingresos extras a su salario.

La mayoría de prestaciones que impulsaba la Fundación han quedado en el olvido en la corporación policial.

“Colaboraban desinteresadamente arreglando los vehículos institucionales de la Policía, porque en aquellos momentos no habían suficientes recursos para la Policía”, dijo un exjefe de la Deco, quien prefirió el anonimato, y agregó “quiero hacer mención que toda la ayuda que se recibía se canalizaba por medio de la Fundación de Bienestar Policial y esta transparentaba los recursos de tal forma que los jefes policiales no recibían ninguna cantidad de dinero u otra donación.

Exdirectores de la Policía como Rodrigo Ávila y Mauricio Sandoval también coincidieron en que el aporte otorgado por la empresa privada a la Policía fue vital para mejorar la eficiencia de la corporación policial en el combate, no solo de los secuestros, sino que también en la reducción de los homicidios, extorsiones, robo de autos y de mercadería entre otros. Además de golpear centenares de bandas criminales organizadas que habían generado un ambiente de inseguridad.

“Hubo un patronato (de ANEP) que apoyaba a las principales unidades especiales de la Policía, que en un momento determinado estuvieron no solo súperequipadas, sino que súpermotivadas porque estaban bien organizadas y había una respuesta adecuada al trabajo que hacían”, dijo Ávila.

Lo anterior fue respaldado por el exjefe de la Deco, quien sostuvo que el apoyo de la ANEP llegó en momentos críticos de los secuestros, el cual fue determinante para reducir a su mínima expresión ese delito.

“Se trató de un aporte muy valioso desde el tema de la participación ciudadana con el propósito de mejorar la eficacia de la Policía en el combate a la criminalidad y en especial a los secuestros”, dijo el exjefe policial. Además señaló que El Salvador ha sido uno de los países en los que el sector privado ha apoyado el trabajo de las instituciones policiales para que sea más efectivo en el combate y la prevención del delito.

La ANEP contribuyó con la Deco al donarles vehículos, recursos logísticos de investigación, y otorgándoles estímulos económicos a los investigadores lo que le permitió ser la mejor unidad especializada en el combate del crimen organizado al grado que algunos de sus investigadores han compartido la experiencia antisecuestro en otros países, según el exjefe policial.

Ávila, quien en dos períodos ha estado al frente de la Policía, cree importante que se vuelva a retomar la participación privada para impulsar programas a favor de pandilleros que desean abandonar esa vida criminal.

“Apoyar programas de reinserción y rehabilitación para que aquellos que se quieran salir de las pandillas, que quieran dejar de extorsionar tengan alternativas y eso obviamente es difícil porque las pandillas son las que más se oponen a esa posibilidad porque persiguen a quien quiera salirse”, dijo Ávila.

Otra de las contribuciones que podría dar el sector privado es con la contratación de abogados particulares para reforzar las acusaciones en contra de los extorsionistas, debido a que la Fiscalía no da abasto para las numerosas denuncias de las víctimas.

Sandoval, quien fungió como director de la Policía entre los años 1999 y 2003, fue uno de los mayores impulsadores del apoyo de la empresa privada a la corporación policial. Consideró que los empresarios “dieron una contribución muy importante como ciudadanos, a la lucha y los esfuerzos que se hacían para combatir el tema de los secuestros”. Además, según Sandoval, el acercamiento del sector privado también sirve de ente fiscalizador ciudadano a la labor que hace la corporación policial.

Sostuvo que en la actualidad hay dos gremiales del sector privado que han creado patronatos de empresarios que trabajan de la mano con la Policía y Fiscalía en Usulután, San Miguel y Santa Ana.

“La participación es importante, principalmente de las gremiales que están preocupadas por ayudar al país y aquí no estamos hablando de que ellos se metan a combatir el delito, porque eso es responsabilidad de la Policía, pero si el apoyo en la parte preventiva, en las coordinaciones y generar confianza en las víctimas”, dijo Sandoval.