Desde el momento que asimiló que había perdido los brazos, Carlos R. sueña con tener unas prótesis. Han pasado 28 meses desde que le amputaron los miembros tras sufrir una quemadura eléctrica.
El adolescente dice que las prótesis le van ayudar para hacer “bastantes cosas, desenvolverme por mí mismo, ponerme mi ropita y todo…”
Agrega que “con las prótesis puedo aprender computación, si me las adapto bien”. Él ha cursado hasta tercer grado, este año sus padres trataron de matricularlo en cuarto grado, pero se negó. Dice que tiene pena, temor de que le hagan burla.
En Funter, la institución en la que está en rehabilitación desde hace un año, le proporcionarán la prótesis.
Patricia de Mejía, terapista físico de Funter, manifestó que el médico ya se las prescribió, pero aún falta que se le tomen las medidas.
De Mejía acotó que después que le den las prótesis requerirá terapia ocupacional para aprender a manejarlas.
En todos estos meses ha estado en preparación para el momento en que recibirá los brazos artificiales, recibió ejercicios para fortalecer los músculos con los cuales manejará los aparatos y soportar el peso que representan.
Marcela Orellana de Trejo, terapista ocupacional, explicó que después de recibir las prótesis deberá seguir en terapia ocupacional para enseñársele a manejar el gancho, abrirlo y cerrarlo, trasladar cosas.
“Le va a facilitar mucho la vida por el hecho de que ya, al protetisarlo, él va a ser un poco más independiente, va a poder hacer las cosas por sí solo”, añadió de Trejo.
La experta agregó que Carlos “tienen que poderlo manejar bien para realizar diferentes actividades, por ejemplo el comer, el escribir, quitarse la ropa, ponerse la ropa, todo lo que tenga que ver con su vida diaria”, expresó la terapista.
Su madre, Susi, manifestó que el personal de Funter les dijo que su hijo ya estaba apto para recibir los brazos artificiales.
“Debemos tener paciencia porque hay un montón de pacientes que necesitan prótesis, pero ya están puestas en el expediente que sí se la van a dar, solo que no nos han dicho cuándo será la toma de las medidas”, comentó la madre.
Por su parte Carlos, padre del adolescente, expresó que cada vez que va a consulta, su hijo pregunta si con las prótesis podrá trabajar, ese es uno de sus anhelos.
Los brazos que le adaptarán son de gancho, dice que quisiera las que tienen mano, pero con las que le darán se siente satisfecho.
El jovencito narró que en las sesiones lo ponen a levantar peso y le hacen masajes en las partes afectadas del cuerpo.
“En el caso de los miembros inferiores se le colocan pesas para ser más fuertes las piernas y, en el caso de la cintura escapular, se le fortalece a pura mano, a que él venza la fuerza que uno le pone, pero ahora ya está bastante bien, corre, juega, todo, hasta chinea al papá, dicen” , comentó de Mejía.