Siguen las quejas por el cierre y la contaminación del rastro

Clausura del matadero lo ordenó Salud en 2004, pero se hizo efectivo este año

descripción de la imagen
La quebrada El Zope aún tiene vestigios de toda la contaminación que generó el rastro de La Unión.

Por Insy Mendoza Comunidades@eldiariodehoy.com

2014-03-10 7:00:00

LA UNIÓN. Hace 42 días, la alcaldía de La Unión, por orden del Ministerio de Salud, clausuró el rastro municipal. Desde entonces, quienes se dedican al sacrificio de reses y venta de carne aseguran que los costos de su actividad laboral se les ha incrementado, pues viajan hasta San Miguel o Santa Rosa de Lima para hacer los sacrificios.

Además, vecinos de la zona se quejan por que el sitio sigue contaminado, luce lleno de aves de rapiña y da mala imagen a la ciudad cabecera.

Sobre el aumento en los costos, Jorge Ramírez es uno de los afectados.

Dice que “el incremento es de unos 90 dólares diarios por estar llevando las reses al rastro de San Miguel, como no tenemos registró en ese municipio, lo estamos haciendo a nombre de otra persona”.

Esa situación la viven al menos 15 destazadores que, a diario, usaban el matadero.

El rastro fue clausurado debido a que no reunía las condiciones mínimas de salubridad exigidos por Salud, que desde el 2004 había ordenado que fuese cerrado.

Fue hasta el presente año que lo cerraron, luego que en octubre pasado Salud notificó al actual concejo municipal de la decisión de cerrarlo.

El inmueble está ubicado en la entrada a la ciudad, a orillas de la quebrada El Zope, y es vigilado por agentes municipales para evitar que los destazadores lo abran por la fuerza, tal y como sucedió tras el cierre hace más de un mes.

Posible proliferación

Uno de los temores de la ciudadanía y de las autoridades edilicias es que, con el cierre del matadero, se incrementen los sitios clandestinos para realizar esta labor y, por ende, la insalubridad en las carnes y amenazas en la salud de quienes las consumen.

Julio Armando Martínez, coordinador del Sistema Básico de Salud Integral (Sibasi) de La Unión, declaró que hasta ayer no tenían denuncia de vecinos o de comunidades quejándose por sitios en los que se registre este trabajo de forma furtiva.

“Recuerde que cuando los vecinos sienten los malos olores, a las vísceras de algún destazo se quejan, pero no tenemos denuncias; tengo entendido que los comerciantes están haciendo uso de los rastros de San Miguel y Santa Rosa de Lima”, aclaró Martínez.

En cuanto al problema de contaminación, Alonso Flores, habitante unionense, acotó que la única diferencia que se nota en el rastro es que, por las tardes, ya no se miran las vacas.

“Antes, todas las tardes veíamos a los animales en el patio en el sol, pero los zopilotes continúan en los techos del rastro y de las viviendas cerca de la quebrada, lo único que esperamos de la alcaldía es que demuela ese lugar y construya una cancha para jugar o un parquecito y que descontamine la zona”.

Julia González, otra habitante, explicó que para terminar de quitar esa mala imagen del rastro a la entrada de la ciudad, la municipalidad debería de mandar a limpiar toda la quebrada.

Las autoridades del Sibasi aseguran que están a la disposición, a través de los inspectores ambientales de la unidad de Salud de la Playa, para dar las sugerencias de descontaminación del sitio donde funcionaba el rastro clausurado.

Sobre el tema, el edil Ezequiel Milla ahondó que en el transcurso de la semana, a través de la Unidad Ambiental de la comuna, enviarán una nota al Sibasi, solicitando una inspección para que les brinden las sugerencias a ejecutar después del cierre, así como las medidas de higiene referentes a la descontaminación.